Fiestas de Quito: La reliquia arquitectónica, a dos cuadras de Carondelet, que pasa desapercibida
En la calle García Moreno, en el Centro Histórico, hay una casa colonial que resiste el paso del tiempo. Sus propietarios la conservan y la han dejado como nueva.
Se necesita tiempo y curiosidad para entrar al mágico Quito que está tras las fachadas. En la calle de las Siete Cruces, hoy llamada Garcia Moreno, está una de las 16 casas patrimoniales mejor conservadas del Quito antiguo.
Era conocida como la casa de los disfraces, porque aquí se confeccionaban y alquilaban disfraces y ropa para eventos de la aristocracia quiteña. Hoy se llama la casa del higo porque, desde hace 70 años tiene en su patio una higuera de siete metros de alto que fue declarado en 2010 árbol patrimonial.
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El zaguán de la casa conserva la piedra original volcánica que cubre sus dos patios. En la parte alta se mantiene un iluminado salón lleno de lienzos y objetos de arte, muebles antiguos, lámparas, espejos y detalles del siglo XVII cuando los dueños eran los marqueses de Miraflores. Aquí hay pinturas y esculturas de la dinastía Salas, renombrados retratistas religiosos de la época.
"La herencia que tenemos en nuestra querida ciudad es una herencia que tiene que ser preservada como, de hecho, en el año 2018 se hizo con una reestructuración total de la casa, techos, pisos, muros, sistemas eléctricos para dejarla cero kilómetros", dice Diego Recalde León, propietario de casa colonial
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Es un testimonio de la herencia que tiene Quito y tiene que ser preservada. En el año 2018 se hizo una reestructuración de la casa, techos pisos, muros y sistema eléctrico.
En sus dos salas laterales se guardan reliquias como este piano vertical Ronisch, de los pocos que existen en el mundo. Su clásico sonido alegraba el ambiente familiar quiteño desde comienzos del siglo XX.
"Mi tía era concertista de conservatorio o era pianista y siempre ese piano estuvo con muchas invitaciones, con mucha gente. No hay otra ciudad en América Latina con tantos encantos y bellezas patrimoniadas", explica Diego Recalde León, propietario de casa colonial
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Desde 1970 la casa es propiedad de Fabián Recalde y su esposa Teresa León. En el 2012 la donaron a sus herederos que asumieron el compromiso de mantenerla.
La última restauración se hizo en el 2018 y ahora es una casa icono del centro de Quito, dotada de una impresionante biblioteca y espacios históricos que pronto serán abiertos al público.
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