Los repartidores motorizados también son víctimas de la inseguridad y violencia

Entre los repartidores motorizados hay miedo e incertidumbre por la ola de inseguridad que afecta al país. La Asociación de Deliverys Independientes del Ecuador (Deley) rechaza, de forma contundente, los actos violentos e inseguridad que atentan contra la integridad de quienes se dedican a esa actividad y se solidariza con ellos y sus familias.

El presidente de esa agremiación es Arturo Torres Naranjo. Cuenta que la situación de inseguridad es insostenible porque se han dado casos de colegas han perdido la vida. "Nos roban y no solamente la maleta o el teléfono celular, sino también las motocicletas".

Denunció que, hace dos semanas, a dos repartidores les sustrajeron las motocicletas. "Muchas veces hacen pedidos fantasma o de estafa y al llegar a ciertos puntos nos atacan".

Asegura que se han dado pocos casos en que los delincuentes interceptan a los motorizados para quitarles sus vehículos. “En mi caso, hace tres años, estacioné mi moto en Cotocollao para dejar un pedido en un edificio y al volver ya no estaba allí”.

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A su juicio, la delincuencia se ha tomado el país. A esto se suma otro tema preocupante cuando los ladrones se roban las maletas de delivery para camuflarse como repartidores y cometer delitos.

Por eso, Torres no descarta organizar una marcha motorizada y acudir a la Asamblea Nacional y exponer su problemática. "Queremos mejorar los esquemas de trabajo. Sabemos que la Policía Nacional ya trabaja con las plataformas digitales para identificar los sectores peligrosos y queremos participar".

La idea es que los delivery, Policía Nacional y restaurantes trabajen de forma conjunta para mejorar la seguridad. Esperan que el actual Gobierno de Daniel Noboa los escuche. Recordó que a uno de sus compañeros le robaron su moto tras parquearla en un punto ubicado entre La Quintana, La Bota y Comité del Pueblo, al norte de Quito.

Pidió a las autoridades que implementen de forma urgente estrategias, políticas y acciones que protejan el derecho a la vida y el trabajo de los repartidores. "Nuestros compañeros no deben ser víctimas de la inseguridad y pagar las consecuencias de estos hechos delictivos. Necesitamos trabajar sin miedo para poder proveer el alimento a nuestras familias y recuperar la paz".

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