Asesinato de Fernando Villavicencio: las víctimas colaterales continúan recuperándose de las heridas
Hoy se cumple un mes del asesinato del candidato a presidente, Fernando Villavicencio.
La gente gritaba "¡auxilio!", "¡están disparando!", "¡al suelo, cuidado!", luego de que el sicario disparara al candidato presidencial de los movimientos Construye y Gente Buena, Fernando Villavicencio. Eran aproximadamente las 18:10 del 9 de agosto, en las afueras del coliseo ubicado en la calle Gaspar de Villaroel, norte de Quito.
Eso lo recuerda la asambleísta electa Gissella Molina Álvarez, quien se encontraba a dos metros de la camioneta blanca en donde fue acribillada la víctima. "Un pedazo de bala ingresó por mi ojo derecho, a lado del lagrimal, por lo que sangré mucho y me caí hacia atrás. Estoy segura que si no me desplomaba otros tiros me hubieran impactado".
Hoy, sábado 9 de septiembre de 2023, se cumple un mes del asesinato que conmocionó al país y las víctimas colaterales del atentado recuerdan lo que pasó. La Fiscalía General informó que hubo nueve heridos, incluidos tres policías.
¿Cómo han avanzado las investigaciones de este caso? Juan Zapata, ministro del Interior, informó que los primeros seis detenidos por este caso continúan detenidos en La Roca, en Guayaquil. Asimismo, está pendiente si se hará público el informe, con la evaluación de orden de servicio, sobre la seguridad del aspirante a la Presidencia.
Le puede interesar: Fernando Villavicencio se hizo periodista y político porque de adolescente fue un lector empedernido
Asimismo, el pasado jueves 7 de septiembre, las diligencias investigativas continuaron. Los representantes de Fiscalía y Policía Nacional ejecutaron allanamientos simultáneos en las provincias de Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo.
La Fiscalía informó que se hicieron efectivas cuatro órdenes de detención. Las boletas se ejecutaron en los Centros de Rehabilitación Social de El Inca, en Quito, y de Cotopaxi, en Latacunga. Otras dos personas fueron apresadas en el sur de la capital. Todas serán vinculadas a la instrucción fiscal de la causa.
De su parte, los heridos del atentado continúan recuperándose de las heridas. Por ejemplo, Molina ha sido sometida a una operación en el ojo y en los próximos días tiene prevista otra cirugía en Guayaquil para rehabilitar una membrana afectada. Ha gastado cerca de USD 2000 en tratamientos y medicamentos.
Su ojo ya no está tapado con una gasa, pero ella recuerda claramente que, tras el atentado, sangró e ingresó al coliseo en donde se encontró con varias personas heridas. Todas gritaban y había mucha desesperación, la situación era crítica. Le preguntaban si Villavicencio se encontraba bien. Tiempo después se enteraron de que había muerto y ahora piden justicia.
Le puede interesar: Asesinato Fernando Villavicencio: la Policía tiene listo el informe técnico sobre los protocolos de seguridad el día de su muerte
Los mismos momentos de pánico vivió otra mujer, de 55 años, que acudió al mitin político. Ella ha acudido a la Fiscalía de Pichincha para declarar sobre el caso y se encontraba con custodia policial. Llegó puesta un chaleco antibalas y acompañada de dos agentes de vestidos de civil.
Un proyectil le penetró, a la altura del pecho, y salió por la espalda. Ahora, utiliza una sonda y se encuentra bajo observación médica permanente. Una bala le rozó la mano, lo cual le produjo una cicatriz. "Me cosieron los orificios y a los ocho días tuve que volver al quirófano porque se me formaron tres hematomas que fueron drenados".
Permaneció varios días en los centros asistenciales en donde se acumuló una deuda de USD 3900. Sus familiares le ayudaron a pagar ese monto. Recuerda que el 9 de agosto estuvo en el mitin y trató de hablar con Villavicencio. Cuando él comenzó a salir del coliseo, ella trató de alcanzarlo y solo alcanzó a ver lo que entró en la camioneta.
En ese momento, el sicario disparó más de 15 veces. "Era increíble. Llovían las balas. El primer tiro rozó mi mano y el segundo me alcanzó al pecho. Logré pararme, ingresé al coliseo, pero ya no aguanté y me desmayé".
Le puede interesar: Asesinato Fernando Villavicencio: allanamientos simultáneos se ejecutan en Pichincha, Cotopaxi y Chimborazo. Hay cuatro detenidos
En esos instantes, los tiros impactaban contra las paredes y la calzada de la calle Tomás de Berlanga. Molina recuerda que alcanzó a ver al delincuente que disparó contra el candidato a la Presidencia. Asegura que incluso estuvo adentro del coliseo por unos minutos.
Antes del magnicidio, se encontró de frente con el asesino cuando ella trató de acercarse a Villavicencio y uno de los guardaespaldas no le permitió saludarlo. Lo vio de cerca, le sonrió como para saludarlo y él estaba muy serio. Llevaba puesto una bandera de Fernando en el cuello, con las manos debajo de la camiseta.
Otro hombre cuenta que una bala le impactó en la cabeza y se desvió. "Gracias a Dios y los mismos policías no se explican cómo pudo suceder eso y no perdí la vida", cuenta a Ecuavisa.com. Ahora, tiene una cicatriz en la frente y por varios días estuvo vendado.
La gente corría desesperadamente. "Es mi voz la que se escucha en los videos que circularon en redes sociales. Yo gritaba ¡todos al piso!". "Les pregunté a los policías ¿Dónde está mi presidente? Me dijeron que permanezca tranquilo que el jefe estaba bien, quédese en el piso, no se levante". Luego se enteró de que había fallecido.
Le puede interesar: Zurita dice que la Policía conocía de un plan para asesinar a Fernando Villavicencio
Cuando notó que pararon las detonaciones. Se puso de pie y sintió que algo caliente recorría en su cara y era lo que sangraba desde la frente. Luego se encontró con otras personas heridas. Lo llevaron a la clínica en la que estaba Villavicencio.
"Accedí al cubículo en donde estaba Fernando. Pedí solo verle y pude observar que murió por los impactos que tenía en la cabeza"
Recuerda que otra señora recibió dos disparos. Uno en el pecho y otro a la altura de la garganta. La volvió a ver en la misa campal que se realizó en la avenida De los Shyris, el pasado 17 de agosto, al cierre de la campaña electoral.
Ella se encuentra débil de salud y se recupera. "Hubo otra chica que tenía un roce de bala en la cabeza, en la frente, pero desconozco su nombre". Ahora, lo único que piden los heridos es que las investigaciones continúen y se localice al autor intelectual del crimen.
Le puede interesar: La madre de Fernando Villavicencio negó que Ricardo Vanegas asumiera la defensa del caso y le pidió no entorpecer la investigación
"El teléfono de Fernando está desaparecido, es una realidad"
El testimonio de Verónica Sarauz, esposa de Villavicencio:
"La vida cambió para nosotros, en mi casa. Nada volverá a ser como antes. Es muy complicado ver a mis hijos y no saber qué decirles. Lo más difícil ocurre al final del día porque mi niño pequeño llora todas las noches al acostarse a dormir. Conforme pasan los días van entendiendo que nunca más volverán a ver al papá. Fue una cosa horrorosa lo que pasó.
Al más pequeño le cuesta mucho asimilar. Si la muerte de Fernando causó conmoción a escala nacional e internacional, imagínese como ha sido esta situación en nuestra casa.
Antes, hablábamos casi todos los días con él. El periodo escolar de comenzar y eso me produce nostalgia. Antes, Fernando solía llamarme preocupado para ver que nuestro hijo haya desayunado bien y estaba al pendiente de que no se atrase a clases.
Esas cosas se han perdido para siempre, ya no hay a quien comentarle que el niño estaba bien o si tuvo algún cambio. No tengo alguien para compartir esos detalles que son muy importantes.
Le puede interesar: Los conciertos suspendidos por el asesinato de Fernando Villavicencio se realizarán en septiembre
Yo estaba en Washington cuando ocurrió el atentado. Fernando me dijo que los últimos días de la campaña electoral iban a ser muy violentos y que me cuide. Por eso, viajé a EE.UU. aprovechando una invitación de los migrantes y me fui con los niños.
Teníamos previsto volver el 13 de agosto, pero todo se adelantó. Recibí una llamada telefónica que cambió mi vida para siempre. Me comuniqué con Christian Zurita y me dijo que estaba mal herido. Luego ya me confirmó la mala noticia. En ese instante, entiendo que comencé a gritar. El mundo se me vino abajo.
Perdimos a un esposo, un hermano, un padre. El país perdió a una gran persona y crearon a un mártir que entregó su vida. Tengo seguridad del Estado desde que llegué. He recibido amenazas porque este caso no es cualquiera. Hay demasiados poderes involucrados. Fue un complot para organizar el magnicidio.
Le puede interesar: Asesinato Fernando Villavicencio: el candidato fue enterrado en medio del reclamo de que su muerte no quede en la impunidad
Las cosas tienen que aclararse, pero será un proceso lento y doloroso. no nos queda de otra que esperar. Necesitamos confiar en el sistema de justicia aunque está corrompido. Queremos que las cosas no se malinterpreten o manipulen, principalmente por ciertos abogados que buscan protagonismo político.
El teléfono de Fernando está desaparecido, es una realidad. Estamos buscando la manera de que la Fiscalía lo encuentre. He recibido muchas llamadas indicándome que tienen información sobre el caso, pero una ya identifica si es real o no.
El presidente Guillermo Lasso me llamó para solidarizarse. Nos ayudó para que volvamos pronto de EE.UU. a Quito. De hecho, nos trajo de regreso porque no había vuelos. Se movieron con la Cancillería para que arribemos a la brevedad posible".
Le puede interesar: Asesinato Fernando Villavicencio: su esposa Verónica Sarauz dice que la seguridad del candidato falló
Recomendadas