El Gobierno de Daniel Noboa usa a los militares para atender el conflicto armado interno, la crisis energética y protestas

Una de las características del gobierno del presidente Daniel Noboa ha sido el acudir recurrentemente a las Fuerzas Armadas en múltiples momentos.

Empezó con la declaratoria de conflicto armado interno para facultar su participación en labores de patrullaje y combate a la delincuencia y al crimen organizado.

Paralelamente, disponía la militarización de los centros de rehabilitación. No era una novedad que participen en el control de las cárceles, pero el Gobierno dispuso que en esta ocasión también se encarguen de supervisar las labores del SNAI.

La presencia militar, con y sin estado de excepción, redujo pero no logró detener totalmente, los enfrentamientos armados entre los privados de la libertad. Organizaciones internacionales, señalan además, que la gobernanza de las prisiones sigue en manos de las mafias.

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En septiembre, de cara a una nueva crisis energética, el presidente Daniel Noboa dispuso que militares no solo protejan las centrales hidroeléctricas sino que participen en las labores de operacion de esas unidades.

Especialistas rechazaron la medida argumentando que una capacitación de 150 horas era insuficiente para que alguien adquiera la experticia que le permita operar o incluso supervisar las tareas técnicas.

Los militares fueron convocados una vez más, primero en mayo y luego en diciembre, para acompañar la labor de los agentes de la Comisión de Tránsito del Ecuador.

En mayo se dijo que era para brindar seguridad durante los operativos. En diciembre, para vigilar que los agentes no cometan actos de corrupción durante los controles en las vías.

La más reciente convocatoria a las Fuerzas Armadas fue durante las movilizaciones en Archidona en rechazo a la intención gubernamental de construir allí una nueva cárcel.

Pese a que no hay estado de excepción en la provincia de Napo, los militares llegaron para despejar vías y dar seguridad a sectores estratégicos como las instalaciones petroleras.

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Paralelamente, las Fuerzas Armadas, que son el eje de las acciones contra los grupos narcoterroristas, son movilizadas a distintos territorios cuando la inseguridad se dispara.

Ocurrió en Camilo Ponce Enríquez y en Durán. La última disposición, en ese sentido, se dio hace una semana cuando se ordenó que dos mil uniformados y decenas de vehículos blindados se trasladen hacia la provincia de El Oro.