Los aeropuertos de Pastaza y Morona Santiago, en la Amazonía, están en declive
Los altos costos de operación y el avance de carreteras a zonas donde antes solo se podía llegar con avionetas contribuyen a la disminución de la actividad aérea en esas provincias amazónicas.
Shell, en Pastaza, y Macas, en Morona Santiago, crecieron con sus aeropuertos, son la prueba de una actividad aérea boyante que llegó a la cima en los años 90 y 2000 y que aún está vigente, pero se sienten síntomas de declive.
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Por ejemplo, dos hangares de empresas privadas en Macas lucen abandonados, ya no operan. De las cuatro compañías activas, dos están a la venta por falta de recursos y una más estima que en tres años cambiará de actividad por los problemas que afectan al sector.
El primero es la disminución de pasajeros, que es la principal fuente de ingresos. Las avionetas cobran entre USD 350 y USD 450 la hora de vuelo, el valor depende de la distancia.
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“Antes lo que hacíamos en un día ahora lo hacen en una semana", explica Natale Chuint, jefe de operaciones Amazonía Verde
La construcción de carreteras que llegan a comunidades impacta en el servicio aéreo. De las 202 pistas, 20 están abandonadas porque los comuneros prefieren ir en bus a menor costo.
El segundo problema es el aumento de precios de los insumos, cuestan el doble que hace cinco años. Pasa con las llantas, aceites, grasas y componentes que vienen del extranjero. La operación de dos aeronaves es de USD 28 000 mensuales.
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Los accidentes son el tercer problema, pierden todo. Los motores, para ser examinados, deben ser enviados al extranjero a un costo de USD 20 000.
“Nosotros ahorita estamos sobreviviendo, realmente los ingresos cubren los costos operacionales”, dice Taís Molina, gerente Aerosangay
Para enfrentar esos problemas, las empresas se sustentan en contratos con el Estado para transporte de profesionales, equipos y comida. Suman ingresos por fotografía aérea y por paracaidismo de aficionados.
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— Ecuavisa Noticias (@EcuavisaInforma) June 30, 2024
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