Augusto De la Torre, quien fue jefe del Banco Mundial, advirtió sobre la gravedad de la crisis fiscal en Ecuador.
Según el criterio de Augusto De la Torre, exjefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, el problema económico que atraviesa el Estado es mucho más serio de lo que la clase política cree y va más allá, dice que esto podría ocasionar una hecatombe financiera si no se toman las medidas necesarias, de forma urgente.
En el contexto actual, no hay nadie en Ecuador que no sepa que el país está en crisis. Lo que Augusto De la Torre dice es que son pocos los que entienden la verdadera gravedad.
"Por ejemplo, la Revolución Ciudadana o el Partido Social Cristiano que discuten maneras de repartirse recursos o espacios de poder sin darse cuenta que en el proceso el barco se está hundiendo", dice Augusto De la Torre, exjefe banco mundial para América Latina
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Para explicar qué tan grave es el problema, pone los números en claro. Suma los USD 6 mil millones de déficit, más los USD 4 mil millones de atrasos.
"Estamos hablando de un problema en el entorno de los USD 10 mil millones, el IVA, si es que pasa, nos va a dar solo USD 1 500", explica De la Torre
Y no hay que ser economista para entender que hay un monto de más de USD 8 mil millones no cubiertos.
El economista asegura que antes de pedir ayuda a los organismos multilaterales, el país tendría que demostrar que, internamente, es capaz de conseguir sus propios recursos, alrededor de USD 3 000 a 4 000 millones en este año, ya sea por aumento de recaudación y de tributos, reducción de gastos o eliminación de los subsidios, los organismos multilaterales le van a decir que no tienen plata.
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De la Torre dice que está preocupado, que la situación es tan grave, que puede, incluso, amenazar la dolarización, y visualiza lo que nos puede pasar si dentro de dos meses siguen los atrasos en sueldos y ante la presión social salen voces a sugerir que se preste dinero al Banco Central, lo que para él "es lo mismo que imprimir dinero o se emite un pagaré".
"En Zimbabwe el problema surgió así, se empezaron a hacer pagos del sector público con una moneda alternativa, y no toma mucho tiempo para que la población se de cuenta que estamos conviviendo con el dólar y un 'ecuadólar', y en el momento que eso pasa, la crisis fiscal se convierte en un crisis financiera, y la crisis finaciera le echa a bajo al país"
El economista intenta transmitir la gravedad del problema, para que los ecuatorianos lo entiendan, pero sobre todo, para que lo entiendan los políticos, en cuyas decisiones recae la salida o la profundización de la crisis.
Y en ese contexto, cuestiona la aparente calma y optimismo con la que el presidente Daniel Noboa ha abordado esta compleja situación, y tiene dudas sobre cómo se pondrá al día con los retrasos.
En la otra orilla está el economista Fausto Ortiz, exministro de la cartera Finanzas, que empieza diciendo que esto es matemática y por lo tanto no hay mucho espacio para la interpretación.
Hace las cuentas, suma varias cifras y en repetidas ocasiones, su conclusión es que el déficit fiscal es menor al 5 % del PIB, y lo considera más bajo al que enfrentaron otros presidentes, como Correa y Moreno.
Pero el problema radica, dice Ortiz, en que gobiernos anteriores tuvieron acceso a financiamiento y el actual no tiene esas posibilidades de financiamiento porque el riesgo país está arriba en 1730 puntos, es decir, conseguir plata hoy día para Ecuador es conseguir plata a un rendimiento del 19 al 20 %.
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Y ahí no termina, porque claro, el déficit fiscal para el 2024 va a aumentar, esta vez sí al 6 %, menciona Ortiz. Tendrá el mismo porcentaje que anteriores gobiernos porque se necesitan más USD 1 000 millones para enfrentar el conflicto armado y más USD 1 200 millones que la Constitución exige cada año se aumente medio por ciento del PIB para Educación y medio por ciento del PIB para Salud, "estamos hablando de más de USD 7 400 millones", puntualiza Fausto Ortiz.
Así los números, para el exministro la deuda total bordea los USD 15 500 millones para los que hay que busca financiamiento, " Entonces, son USD 7 500 millones de déficit estimado en el 2024, más USD 4 000 de atraso, mas USD 4 000 de amortización, estamos hablando de USD 15 500 millones".
¿Está en riesgo la dolarización en Ecuador?
Para Fausto Ortiz, siempre hay la posibilidad de que "el gobierno quiera meterle mano a la reservas", pero para poder hacerlo necesitan hacer una reforma legal, por lo que cree que es poco probable aquello de tener que usar otra moneda para salir de la deuda.
Ante el riesgo de que no haya plata, no se pague, se rompan los ciclos de pago como lo advierte Augusto De la Torre, "entonces la banca empieza a tener dificultades de cobro", dice Ortiz, y añade que si es temporal se lo puede solucionar ampliando el plazo para poder cobrar porque hay crisis y es como ya ocurrió en la pandemia.
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Para Cinthia Uzcátegui, economista de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), el gobierno actual sabe de la importancia de la dolarización para la estabilidad de la economía del país, "yo creería que si entraríamos en un problema grande de déficit fiscal, el gobierno buscaría otras fuentes de financiamiento probablemente con organismo multilaterales, pero no creo que pondría el riesgo la dolarización", explica.
Para la experta, Ecuador lleva muchos años arrastrando errores en el manejo de la economía pública que hace que el país caiga en un déficit al que se suman problema de recaudación o de ingresos que terminan generando la búsqueda de financiamiento externo.
Esto, la hace coincidir con aquellos economistas que aseguran que la crisis es grave y menciona que "realmente cada año lo que hace cada gobierno es poner un parche, de cierta forma llega un nuevo gobernante y se encuentra con esta situación y lo que busca es financiamientos a través de vía externas o contribuciones temporales o recaudaciones temporales", explica Cinthia Uzcátegui.
Sobre el total de la deuda, esta economista menciona que la ciudadanía no conoce el de lo 100 % lo que pasa porque a su parecer tampoco hay suficiente transparencia de los compromisos que hay que cumplir en un año por parte del Estado.
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