Los cinco desafíos que enfrentará Arianna Tanca al liderar el Ministerio de la Mujer
Disminuir femicidios, impulsar campañas de prevención, aplicar presupuesto para la política pública, entre los mayores retos de esta cartera de Estado. Aquí los detalles.
Arianna Tanca Macchiavello, politóloga e investigadora, asumió el cargo de ministra de la Mujer y Derechos Humanos el pasado domingo, 26 de noviembre, sucediendo a Paola Flores.
Este ministerio, creado hace tan solo un año, en noviembre de 2022, surgió tras el asesinato de María Belén Bernal, un caso emblemático de violencia contra las mujeres en Ecuador. La creación de esta cartera ministerial fue formalizada mediante el decreto firmado por el expresidente Guillermo Lasso, que también lanzó el Registro Único de Violencia (RUV).
En esta nueva administración, las voces que defienden los derechos de las mujeres destacan la importancia de abordar temas urgentes y de continuar con las iniciativas ya existentes, evitando empezar desde cero. ¿Cuáles fueron las acciones tomadas durante el gobierno anterior y cuáles son las prioridades actuales? Aquí los detalles.
Reducir femicidios, fortalecer el ministerio, campañas de prevención, entre otros
Durante el gobierno de Lasso, se tomaron medidas para abordar la violencia contra las mujeres, como la creación de centros violetas, y la transformación de la Secretaría en el Ministerio de la Mujer. Sin embargo, se critica que estas acciones se quedaron en medidas que no abordaron la problemática de fondo.
Por ejemplo, la doctora Virginia Gómez, presidenta de la Fundación Desafío, ve positiva la creación del Ministerio de la Mujer, pero objeta que el presupuesto asignado, de 11,9 millones de dólares, no haya sido suficiente. "Fue darle jerarquía a la problemática de las mujeres; sin embargo, se creó de manera cosmética. No ha habido un verdadero esfuerzo para establecer una estructura ministerial, y el presupuesto asignado no ha sido adecuado". Este desafío, afirma, recaerá en la nueva ministra.
En la misma línea, Miriam Ernst, presidenta de la Coalición Nacional de Mujeres del Ecuador, durante la administración anterior hubo una reacción del Estado a las demandas de la sociales ante el femicidio de María Belén, pero no una política clara, dice: "Al ministerio no le dio un estatus, no le dio un presupuesto similar a lo de otros ministerios", lamenta.
Bajo su perspectiva, se debe fortalecer la institución para que cuente con un equipo que pueda extenderse a la ruralidad y hacer un seguimiento efectivo de la Ley para Prevenir y Erradicar la Violencia contra la Mujer.
Gómez enfatiza que muchas herramientas ya están disponibles, pero carecen de recursos para su implementación, como "el Plan Nacional de Erradicación de la Violencia que ya está elaborado; solo faltan los recursos necesarios para ponerlo en marcha".
En cuanto a los derechos reproductivos, ambas coinciden en que las medidas han sido "tibias". No obstante, Gómez, una de las impulsoras de la demanda de inconstitucionalidad para la legalización del aborto por violación, destaca la gestión del exministro de Salud, José Ruales: "Fue una gestión adecuada que logró operativizar la sentencia y la ley, con avances sustantivos en relación al derecho al acceso al aborto por violación".
Otro desafío crucial para esta cartera de Estado, según señalan, es reducir los femicidios. En lo que va del año, el 2023 se ha erigido como el más violento para las mujeres, con 513 femicidios y otras muertes violentas registrados entre el 1 de enero y el 18 de noviembre en Ecuador, según datos de la Fiscalía y el Consejo de la Judicatura.
Para alcanzar este objetivo, tanto Gómez como Ernst mencionan acciones centradas en la prevención, el apoyo de los municipios, la capacitación del personal, así como una coordinación interinstitucional. "El tema de la violencia es multicausal; no puede ser abordado únicamente por el Ministerio de la Mujer. Debe ser una labor conjunta con las carteras de Salud, Trabajo, Educación, entre otras. Esa es la visión", destacan.
En el período de la exsecretaria Bernarda Ordóñez, se promovió la creación de los Centros Violeta, que actualmente cuentan con al menos siete ubicaciones en Esmeraldas, Latacunga, Lago Agrio, Cuenca, Guayaquil, Portoviejo, entre otros lugares. Sin embargo, tanto Gómez como Ernst expresan sus cuestionamientos sobre estos centros.
Es importante destacar que en Ecuador ya existían las casas de acogida, desempeñando un papel fundamental al brindar acompañamiento a las mujeres. Según Virginia, "las casas de refugio salvan vidas, mientras que los Centros Violeta acogen a las mujeres solo por un día, no por varios meses". Aunque constituyen una ayuda, ambas concuerdan que serían más efectivos si pudieran ofrecer un acompañamiento continuo y seguir los casos o patrocinarlos mediante un equipo de abogados.
Así, Virginia y Miriam indican que el Ministerio liderado por Tanca deberá escuchar a las organizaciones y movimientos de mujeres, permitiendo un diálogo que proporcione retroalimentación sobre la situación en los territorios. También, es necesario unir esfuerzos para impulsar una campaña de difusión preventiva, con el objetivo de cambiar las estructuras mentales arraigadas al machismo en Ecuador.
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