13 abr 2025 , 13:31

Las redes sociales reconfiguran nuestro cerebro

Psicólogos advierten sobre los riesgos, especialmente en adolescentes, y la necesidad de estudios a largo plazo.

   

Desde su aparición, las redes sociales han transformado nuestras vidas. Nos permiten conectarnos instantáneamente con personas en cualquier rincón del mundo, lo que, sin duda, ha facilitado la comunicación. Sin embargo, no todo es positivo. Según el psicólogo y neurocientífico Nacho Roura, aunque estas plataformas nos ofrecen grandes ventajas, también están diseñadas para enganchar a los usuarios, utilizando estrategias que, en algunos casos, genera adicción.

Roura, quien se ha especializado en la divulgación neurocientífica, explica que las redes sociales son un escaparate en el que no solo se muestran productos, sino también nuestras propias vidas. A través de herramientas como los likes y la interacción constante, las marcas y las plataformas aprovechan los mecanismos psicológicos que generan gratificación instantánea.

También le puede interesar: ¿Cómo ver la Luna Rosa desde Ecuador este 12 de abril?

Estos elementos, unidos a la tecnología persuasiva, hacen que los usuarios pasen más tiempo en las aplicaciones, lo que incrementa la exposición a estos estímulos. Esta dinámica contribuye a que las redes sean tan adictivas, como señala Roura en una entrevista reciente con Europa Press Salud Infosalus.

Los adolescentes son los más afectados

Redes Sociales.
Redes Sociales. ( )

Uno de los grupos más afectados por el uso de redes sociales es el de los adolescentes. Según Roura, este colectivo es particularmente vulnerable porque, en esta etapa, el cerebro aún está en desarrollo, especialmente la corteza prefrontal, responsable del control de impulsos y la toma de decisiones.

También lea: Un pingüino causó un accidente de helicóptero en Sudáfrica

Aunque se conocen los efectos inmediatos de las redes sociales en la atención y la salud mental, aún no hay estudios longitudinales que evalúen las consecuencias a largo plazo. Roura resalta que, aunque el uso constante puede generar una disminución de la productividad y un aumento de las quejas psicológicas, es difícil determinar con precisión cómo afectarán a nuestra cognición a futuro.

Noticias
Recomendadas