07 sep 2023 , 11:27

"Fui víctima de tres asaltos en Quito y perdí la vista para siempre, pero eso no me doblegó y salí adelante", cuenta Pablo Vargas

La historia del abogado Pablo Vargas, a quien los delincuentes la causaron graves daños en sus ojos tras sufrir asaltos. Él lucha por las personas con discapacidad visual y es un deportista que compite con su perro guía, Max.

   

Pablo Vargas Sánchez es un abogado, de 37 años, quien perdió la visión definitivamente hace 11 años. Sufrió una seguidilla de tres asaltos, en 2010, en los que fue golpeado por delincuentes en sus ojos, y le desprendieron la retina.

Trató de quitarse la vida en tres ocasiones, pero finalmente entendió que su misión es ayudar a las personas con discapacidad visual. También es deportista y trabaja para concretar uno de sus objetivos, el cual es dirigir la fundación Volver a Ver.

A continuación su testimonio:

"Mi vida se desarrolló con normalidad y no tuve mayores inconvenientes. Estudiaba abogacía en la Universidad Central y me preparaba para ser un joven profesional con muchos sueños.

Todo cambió en el 2010, cuando tenía 23 años. Sufrí una seguidilla de tres asaltos. En el primero, tuve un desprendimiento de retina en el ojo derecho, pero esto fue superado con una reconstrucción.

El segundo fue un secuestro exprés. El tercero ocurrió en julio de 2013. Los delincuentes me dieron escopolamina y fui abandonado en la Panamericana Sur, a la altura del sector de Tambillo, sur de Quito. Perdido y sin rumbo, seguramente intenté cruzar la carretera y me atropelló un vehículo, lo cual no recuerdo por los efectos de esa droga.

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A consecuencia de este accidente, tuve varios traumas en el estómago, por lo que los médicos tuvieron que hacerme una reconstrucción de la vejiga, vaso y colon, faltando apenas un milímetro para comprometer el hígado y morir.

También tuve una fractura de tibia y peroné, logrando salvar mi pierna de una posible amputación. Puedo caminar bien pese a que fui operado y me colocaron un clavo con 16 tornillos.

La visión de mi ojo derecho se perdió por completo. Al sobrevivir a este accidente, el cirujano me dijo que las personas que sufren accidentes de menor intensidad no logran salir con vida del quirófano. Me indicó que tengo que buscar mi misión de vida y el pendiente que tengo en la tierra.

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Mi vida siguió y me acostumbré a ver solo con mi ojo izquierdo. Sin embargo, la noche del 24 de diciembre de 2012, me acosté a dormir. En esos momentos, podía ver con mi ojo izquierdo ya que el derecho lo había perdido. Al día siguiente, desperté viendo distorsionado. Le pregunté a mi mamá si el día estaba nublado, pero había sol intenso. Tomé el teléfono para tratar de leer y no pude hacerlo.

Traté de quitarme la vida en tres ocasiones, pero finalmente decidí continuar y salir adelante. Visité al oftalmólogo para saber qué es lo que estaba pasando con mi visión, pero no se encontraba ninguna explicación a todo lo que me estaba sucediendo.

Después de varias cirugías y hospitalizaciones, el 12 de mayo del 2013, me quedé completamente ciego. Pensé que el mundo se me acababa y que iba a ser una carga para mi familia y que mis amigos saldrían a muchos lugares, mientras yo pasaría en mi casa lamentándome por lo que me estaba pasando.

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El oftalmólogo dijo que mi caso era uno de un millón. Mi problema se conoce como oftalmía simpática, ocasionada por el desprendimiento de la retina. Después de escuchar al médico, era complicado aceptar lo que me estaba pasando, pero el doctor me dio a escoger dos opciones.

La primera era regresar con mi madre y ser una carga para la familia, esperando que pase el tiempo y lamentando lo sucedido. Finalmente decidí asistir a una escuela para personas ciegas y rehabilitarme.

Logré adaptarme a mi nuevo estilo de vida en un mes, la rehabilitación tenía un periodo de dos a tres años, pero mis ganas de salir adelante hicieron que logre terminarla pronto. La convivencia en la escuela era a veces complicada porque no todas las personas aceptaban lo que pasaba. Se lamentaban todos los días. Yo era quien siempre les daba motivación dándome cuenta que esa era una de las razones por las que yo estaba ciego.

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En una charla sobre el correcto trato a personas con discapacidad en el transporte.
En una charla sobre el correcto trato a personas con discapacidad en el transporte. ( )

Ayuda social y conocido deportista

En la casa de mi mejor amigo, Xavier Gómez, estaban pasando por un momento muy difícil ya que su madre era diagnosticada con un cáncer en etapa terminal.

Después de algunos tratamientos y tras varios meses de pasar en cama en hospitales, ella casa logró ponerse estable y decidieron salir a una caminata a favor de los jóvenes con cáncer, invitándome a salir de mi casa y cambiar mi estilo de vida.

En esta caminata conocimos las bicicletas paralelas para personas ciegas que en ese día estaban a disposición. Ahí me sugirieron que practique el triatlón porque como otras personas ciegas en otros países. Esto me prendió el chip y comencé a investigar cómo se podía hacer y poco a poco fui entrando en el mundo del deporte.

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Ahora practico ciclismo de montaña. Me gusta el iron man y también hago montañismo. De hecho, ya subí al Cotopaxi y me falta escalar el Chimborazo. Tengo a mi perro guía, Max, quien me acompaña en cada una de las competencias. También está junto a mí en las charlas de sensibilización. Una de ellas fue sobre el correcto trato a personas con discapacidad en el transporte público.

Soy un motivador y ahora deseo que funcione la fundación 'Volver a Ver', la cual funcionará como una escuela para personas con discapacidad. Trabajo como abogado para una cadena de gimnasios, en Quito, y mi especialidad es el derecho civil, laboral, societario y empresarial.

Max está conmigo un año cuatro meses y parece que ha compartido conmigo toda una vida. Dicto charlas de motivación sobre mi experiencia de vida, enseñándoles que todos somos capaces de hacer muchas cosas cuando nos proponemos, que la decisión está solo en nosotros y lo importante que es el trabajo en equipo".

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Max es compañero de Pablo Vargas en las competencias atléticas.
Max es compañero de Pablo Vargas en las competencias atléticas. ( )
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