"No sé si abrir o irme de aquí": comerciante sufre atentado por negarse a ser extorsionado, en Guayaquil
Los delincuentes provocaron daños que superan los 10 mil dólares.
Destruida, así quedó una puerta tras la detonación de un explosivo que delincuentes colocaron la madrugada del martes 25 de abril, en una tienda. El estruendo alarmó a los habitantes del bloque 21 de Flor de Bastión, en el noroeste de Guayaquil.
Con temor ante alguna represalia, uno de ellos comentó la situación en ese sector:
"Hay varias bandas que operan aquí", dice un habitante de Flor de Bastión.
Y, al parecer, los integrantes de una de esas bandas fueron quienes dispararon y colocaron el artefacto en el local. Pero no ha sido la primera vez que este comerciante es extorsionado, en diciembre del año pasado, otra banda intentó exigirle dinero. Se negó pues tenía ya un año pagándole la denominada vacuna a otro grupo delictivo para poder trabajar.
"Estamos recuperándonos de la pandemia y la muerte de mi hija", lamenta el comerciante.
A los delincuentes ni siquiera les incomodó atacar el local, ubicado a 150 metros de una unidad policial. Óscar Orellana, jefe subrogante distrito Nueva Prosperina, dice que el comerciante no había denunciado la extorsión.
En su momento, no lo hizo por temor y ahora se encuentra en medio de otro dilema: "no sé si abrir o irme de aquí". El perjuicio por el ataque asciende a 10 mil dólares y en caso de cerrar el negocio, las pérdidas para la familia superarían los 25 mil dólares.
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