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Una familia exige justicia tras asesinato de un joven en operativo militar en el sur de Guayaquil
El primo de la víctima quedó herido y los jóvenes fueron acusados como presuntos terroristas. Las Fuerzas Armadas explican los hechos registrados ese día.
Ya casi son tres meses de angustia, la familia Ipanaqué, sigue con el dolor del duelo, de haber perdido al hijo, al sobrino, al nieto.
El 2 de febrero de este año, Carlos Vega Ipanaqué de 19 años viajaba con su primo, Eduardo Velasco Ipanaqué, de 34, en un auto para vender un perro, pero al llegar a la avenida Francisco Robles y calle 38, sur de Guayaquil, a dos cuadras de la Universidad Salesiana, se encontraron con un operativo donde habían tres militares.
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Eduardo, indica que después de hablar con ellos, les hicieron retroceder y es ahí donde se chocaron con un patrullero, y posteriormente escucharon disparos. Un incidente en el que resultó muerto su primo y él terminó herido.
"Me doy cuenta que mi primo cae sobre la mampara del carro gravemente herido. Salgo del lugar a buscar ayuda médica y me doy cuenta que yo también tenía una herida en el hombro", explica Eduardo Velasco.
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Laura Ipanaqué, madre del joven muerto, dice que su hijo era un chico de familia y que tocaba el bajo en la iglesia cristiana. Menciona que los sueños de Carlos quedaron truncados.
El cap de navío, Carlos Salvador, vocero de las Fuerzas Armadas, en una presentación gráfica, señaló que los tres miembros de la Armada estaban junto a otros uniformados en un operativo de control de drogas y armas, que al llegar, el conductor Eduardo Velasco, increpó a los militares, y al retroceder el auto aplastó el pie del agente, después de chocar el patrullero, huyó y al tener el carro vidrios polarizados, fue que se hicieron dos disparos a los neumáticos para detener la marcha.
"Los disparos fueron hacía las llantas, pero por la irregularidad del área, el vehículo se movió y por la impericia del conductor produjo esos lamentables sucesos que ocurrieron", dijo , Carlos Salvador, comandante de Infantería Marina.
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Eduardo Velasco dijo que ese fatídico día, él y su primo fueron acusados de terroristas, sin que la autoridad tuviera pruebas, que fundamentaran el delito. Las Fuerzas Armadas hablaron de un estado excepción, del uso progresivo de la fuerza cuando el auto se convirtió en un arma.
La madre de Eduardo, Ana Ipanaqué, ahora exige justicia y le dice al presidente y a los militares que su hijo y su sobrino fallecido no son terroristas ni pertenecen a ninguna banda delincuencial.
Los Ipanaqué lo que piden es que se reconozca que ese día no se dispararon a delincuentes, donde un juez ya archivó el caso, esa será parte de un segundo informe.
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