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Los cyberdelincuentes usan mensajes de texto para alertar de compras ficticias a usuarios
La intención es acceder a sus datos bancarios y hacer recargos por miles de dólares.
Si recibe un mensaje sobre una compra que además no hizo, desconfíe porque ese es otro de los métodos que están usando los ciberdelincuentes para acceder a datos bancarios, números de tarjetas de crédito y códigos de seguridad.
La estafa comienza con un mensaje alarmante. Usan nombres de bancos reconocidos y de tiendas donde supuestamente hizo la compra que sobrepasa USD 500. Buscan que el usuario se preocupe y llame de inmediato a un call center, cuyo número se detalla al final del texto, para bloquear la tarjeta.
Al otro lado de la línea está un interlocutor decidió a obtener sus datos reales. Esa información servirá para realizar compras o para recargar servicios de empresas registradas en el exterior. Los perjuicios pueden oscilar, según la policía, entre USD 5 000 y USD 10 000 antes de que se dé cuenta.
Santiago Acurio, profesor de Derecho Informático
“Los delincuentes utilizan una técnica que se llama ingeniería social, que es básicamente aprovecharse de la ingenuidad o desconocimiento de las personas en el uso de canales tecnológico”.
Las estafas también llegan por WhatsApp. En esos textos se indican rebajas, promociones o premios. Los delincuentes acompañan un enlace con dos objetivos. El primero es clonar el WhatsApp para luego pedir dinero a contactos cercanos y el segundo es conseguir datos bancarios mediante formularios.
Iván Ortiz, director de la carrera Ciberseguridad de la UDLA:
“Los mismos bancos les dicen y le envían la publicidad necesaria para decirles que ellos jamás piden datos sensibles, pines de tarjetas, nada de cuentas, nada de información”.
Los expertos recomienda que cuando lleguen estos mensajes el usuario guarde la calma.
Si no tienen tarjetas de crédito de las entidades bancarias que se nombran en los textos, los eliminen. Si hay dudas de una posible clonación, llamen a los números de contacto oficial que están en los reversos de la tarjeta. Y sobre todo que no entreguen información personal.
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Igualmente que rechacen las promociones de remitentes no seguros, de empresas que prometen productos muy económicos o beneficios no solicitados, como viajes o boletos de avión gratis. Y que jamás llenen formularios con datos bancarios.
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