En lo que va de 2024, siete de las 11 fugas de presos ocurrieron desde centros de salud

En 2024, el Servicio de Atención a Privados de Libertad (SNAI) lleva la cuenta de 11 fugas de presos; siete se produjeron cuando recibían atención médica en hospitales y centros públicos.

El pasado 10 de junio, Jairo Fernando Zambrano Demera, presunto cabecilla de Los Lobos, huyó mientras estaba a bordo de una ambulancia. Él fue trasladado desde la cárcel de El Inca, en Quito, hasta el hospital Pablo Arturo Suárez.

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Tres hombres dispararon contra el vehículo y se llevaron a Zambrano. Durante la balacera asesinaron a una guía penitenciaria. Solo después de la fuga se activó el Código Plata. Según la Policía, el SNAI tampoco solicitó ayuda para movilizar a los presos.

En Guayaquil, en junio pasado, las autoridades crearon un mini cuartel policial dentro del hospital Monte Sinaí. Ocurrió un mes después de que dos reos, que estaban en la Penitenciaría del Litoral, huyeron.

Médicos denunciaron que ambos cometieron abusos durante su permanencia. Y aunque en esa casa de salud el Código Plata está activo de forma permanente, eso no detuvo la huida.

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El último caso también fue en Guayaquil. El pasado 22 de julio, cuatro de cinco presos se fugaron cuando hombres armados irrumpieron en un centro de salud de Bastión Popular, atemorizando a médicos y pacientes. Los reos también cumplían condena en la Penitenciaría del Litoral.

La mayoría de fugas que registra el SNAI ocurren en Guayaquil. Es por eso que Martha Macías, directora de la Penitenciaría del Litoral, señaló que realizan un levantamiento de información para que, una vez lo aprueben las autoridades, se instale un centro de salud.

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"Para que los privados de libertad puedan ser atendidos dentro del recinto penitenciario y evitar las posibles fugas que se han dado y han sido de conocimiento público", agregó Macías.

Sobre este requerimiento, se espera el pronunciamiento del Ministerio de Salud.