Inseguridad en Quito: los moradores de Chimbacalle con miedo por los robos y asaltos
Los comerciantes trabajan con zozobra y no pueden abrir sus negocios. El cobro de vacunas está a la orden del día y las autoridades no responden ante la delincuencia.
Chimbacalle es un barrio, en el sur de Quito, que está sumergido en el temor. La inseguridad llegó a tal punto que la mayoría de moradores que se atreven a contar sus experiencias cuando fueron asaltados o vieron un robo, lo hacen sin revelar su identidad por miedo a represalias.
“Dos veces me robaron, por eso los sábados y domingos no se puede abrir el local”, dijo la dueña de un negocio. “Los estudiantes son asaltados a la hora de salida y les roban los teléfonos”, expresó una moradora.
Los comerciantes trabajan con zozobra. El cobro de vacunas cada vez es más común, un vecino prefirió cerrar por un tiempo su negocio y también cambiar los horarios de atención. “Me alertaron que venían a cobrarme USD10 por vacunas y no abrí”, dijo una mujer.
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Hay al menos dos pasajes que se convirtieron en guarida de delincuentes, según los vecinos hay casas abandonadas que atraen a los maleantes.”El callejón es muy peligroso porque se suben por encima de las casas”, contó una mujer.
A más de esto, denuncian la falta de atención de las autoridades para adecentar los espacios. Los representantes barriales aseguraron que tratan de cuidar la zona, pero los esfuerzos no dan resultados. “A partir de las 17:30 o 18:00, nadie puede pasar por aquí”, dijo un hombre.
En la calle Puelles hay una cámara de videovigilancia junto a una escuela. Los padres de familia y comerciantes dicen que no funciona. La comunidad de Chimbacalle señaló que no descansará hasta que los habitantes puedan otra vez caminar seguros, trabajar y vivir con paz.
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