En Quito hay espacios que están abandonados, pero antes fueron centros de reunión de los ciudadanos
El Penal García Moreno es una construcción patrimonial y actualmente está abandonado.
Quito, una ciudad rica en historia y cultura, esconde tesoros del pasado que han sido olvidados. En el límite suroriental del centro están los vestigios de lo que en su momento fue la piscina pública más importante de la ciudad, la del Sena.
Originalmente, fue un puesto militar de avanzada construido por el general español Toribio Montes en 1815. Luego se convirtió en bodega de armas y pólvora y es por ello que en la puerta aún puede apreciarse el símbolo de un castillo, usado para reconocer los inmuebles pertenecientes al Real Ejército de la Corona Española.
Ahora esta piscina, que funcionó durante más de tres décadas, está abandonado. Otro sitio emblemático en la misma zona es el histórico Complejo de los Molinos el Censo. Fundados en el siglo 19, se utilizaron fundamentales para la producción de harina en la región. Hoy sus estructuras de piedra se desmoronan, mientras la naturaleza se adueña del lugar luego de que fue cerrado en 1997.
Los Molinos el Censo son un símbolo de la primera ola de industrialización en Quito. El Penal García Moreno es una construcción patrimonial. Otro sitio abandonado de la ciudad, fue levantado en 1868 en el gobierno de Gabriel García Moreno y diseñado por el arquitecto Danés Thomas Reed. Se inauguró en junio de 1875, como penitenciaría nacional y el mayor centro carcelario del país.
Fue una prisión panóptica, cuya totalidad puede verse desde un punto funcionó hasta abril de 2014, con 250 celdas para criminales, narcotraficantes e incluso políticos. Fue un museo durante un tiempo. Hay proyectos para ser recuperado, pero no se han concretado.
Más al norte, junto al parque El Egido, se erige una de las mansiones mejor conservadas de inicios del siglo 20, fue de propiedad de la familia Guarderas, se convirtió en su residencia cuando la aristocracia se mudó del Centro Histórico, hacia el norte, en plena expansión.
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Es admirada por su construcción neoclásica, sus columnas, las formas geométricas y detalles ornamentales y el balcón principal, el presidente José María Velasco Ibarra dio discursos, por eso frente a ella se levantó un monumento en su memoria.
La vivienda permanece abandonada sin perspectivas de que pueda ser rehabilitada.
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