Quito: 8 000 hectáreas de bosque tratan de contrarrestar la contaminación ambiental

Fernando tiene un huerto en su casa. No solo le gustan las plantas, las cuida, las mantiene hidratadas, pero también las limpia. Y es que ellas se han convertido en su escudo protector, porque él junto con su familia se encuentran en el corazón de la contaminación ambiental del sector de La Necochea, en el centro-sur de Quito.

“Tenemos una silla y otros asientos para estar al lado de las plantas y tener una respiración más idónea”, cuenta Fernando Cueva, morador de La Necochea.

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Son cerca de 8 000 hectáreas de bosques los que diariamente purifican el aire contaminado por la combustión de 550 mil vehículos en la capital. La Organización Mundial de la Salud recomienda que la cantidad de espacios verdes en una ciudad deberían ser entre nueve y 15 metros cuadros por habitante.

Pavlova Sigcha, docente universitaria, cuenta que “la calidad del aire de Quito no es excesivamente mala. Pero sí tiene valores que pueden ser dañinos o nocivos para la salud”.

En la capital hay un cinturón verde que está constituido en su mayoría por cerca de ocho mil hectáreas de plantaciones de eucaliptos, que predominan en los sectores de las laderas del Pichincha, o en parroquias como:

También se suman los 16 parques metropolitanos. “Ellos, por ejemplo, son los encargados de captar el carbono. Son los sumideros para evitar que el carbono pueda estar en el ambiente. Absorben el CO2 y lo utilizan para su fotosíntesis”, dice Sigcha.

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En respuesta a la contaminación, las autoridades municipales analizan renovar 52 buses del Trole e incentivar el cambio de los buses urbanos por eléctricos.

“Esto será reemplazar prácticamente a todos los trolebuses que teníamos y volver a tener electromovilidad en uno de los que fue de los primeros sistemas de América Latina de movilidad eléctrica. Y también está la política de tener un fondo único de ingresos. Con ese fondo, los buses privados podrán ir apalancando créditos para ir pasándose paulatinamente a buses eléctricos”, explica el alcalde de Quito, Pabel Muñoz.

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Según expertos, lo que hace falta es una política pública más rigurosa, porque la mayoría no cumple la norma ambiental establecida. Y si la situación empeora la sensación térmica será más calurosa.

El Municipio de Quito busca reducir la emisión de gases contaminantes mediante el plan de acción climática. Su ejecución será evaluada a finales de año, donde también se medirá el riesgo climático de la ciudad.