Quito: así suenan las calles de una ciudad en crecimiento y poca planificación
La Organización Mundial de la Salud establece que el oído tiene como tolerancia máxima al ruido un umbral de 65 decibeles (dB). Quito tiene problemas de saturación de ruido en diferentes zonas.
La contaminación auditiva es uno de los mayores inconvenientes en Quito y se agrava con las fiestas por sus 488 años de fundación. Según la Secretaría de Ambiente del Municipio, lo que más influye en la problemática es el uso de parlantes fuera de establecimientos comerciales, tiendas, farmacias, negocios, restaurantes, etc.
Otra fuente de ruido es el tráfico vehicular. Por ejemplo, los moradores de Iñaquito, a la altura de las avenidas De los Shyris, Portugal y República del Salvador, se quejan que los locales nocturnos emiten grandes cantidades de ruido. Lo mismo pasa con las motocicletas y automóviles que hacen piques en horas de la noche.
El parterre central #Shyris se ha convertido en un lugar libre para libar sin control y generar ruido que afectan la tranquilidad y seguridad de nuestros moradores en sus hogares #LaShyrisNOesunBarLibre@amcquito @AMT_Quito @PoliciaEcuador @santiguarderas @teleamazonasec pic.twitter.com/End2FguVDi
— Comité De la República de El Salvador &Alrededores (@ComiteSalvador) December 1, 2022
Ecuavisa.com recorrió algunos puntos conflictivos de la urbe en donde los vecinos se quejaron por esta problemática. Por ejemplo, en la avenida Martha Bucaram de Roldós, en el extremo sur de la ciudad, hay más de 100 negocios cuyos dueños y administradores de locales ponen música a todo a volumen. “En ese punto concurren cientos de comerciantes de otras provincias que tienen de poner música a todo volumen de forma desordenada, también hay mercados y decenas de vehículos”, manifestó Marcelo García, presidente de la organización Fuerzas del Sur por Quito.
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A su criterio, otro punto crítico es la intersección de las avenidas Solanda y José María Alemán, conocida popularmente como la J, en el sur. Los moradores se quejan por la presencia de parlantes. “Desde las 08:00 hasta las 23:00 con un volumen altísimo. Por varias ocasiones se ha pedido que lo bajen y como respuesta recibimos maltratos y groserías”, manifestó un morador que pidió la reserva.
García añade que hay otros sitios conflictivos en el sur como El Beaterio, Caupicho y la avenida Mariscal Sucre, a la altura de Chillogallo en donde hay comercio informal en las aceras. Igual ocurre en el sector de Nueva Aurora, principalmente en la calle Julio Andrade. “Vivimos en un infierno por el ruido ocasionado por los vendedores informales todo el tiempo y las motos. En la esquina de la calle Geovanny Benítez hay muchos siniestros de tránsito, una comerciante ocupa toda la esquina con su mercadería. Además hay demasiada inseguridad", dijo Elvira Carrasco de Nueva Aurora.
Centro
En la calle Necochea, al pie del cerro del Panecillo, circulan miles de automóviles y buses diariamente, a toda velocidad, desde las 06:00.
La molestia se traslada a otros sitios como las inmediaciones del cementerio de San Diego o San Roque. "Vivo en la plaza del camposanto y el fuerte sonido de los motores y pitos no nos dejan en paz. La situación se agrava cuando las unidades de transporte andan por las calles Pérez Quiñónez, Bahía y Chimborazo", expresó Humberto Vargas, dirigente del barrio San Diego.
Kilómetros más abajo se encuentra la Plaza Grande en donde confluyen miles de personas y automotores. La principal queja de los comerciantes y dueños de viviendas es que, cuando hay manifestaciones o plantones de protesta, el bullicio aumenta.
A esto se suma que los camiones distribuidores de gas circulan con la canción que distingue la venta de ese producto a todo volumen, lo cual produce contaminación acústica. Los moradores de zonas tradiciones como la Plaza de la Independencia o Santo Domingo lamentan que no pueden vivir tranquilos. Más ahora que se viven las fiestas de Quito y hay cientos de libadores en las calles y plazas.
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Norte y otros lugares
En un recorrido realizado por Ecuavisa.com se constató que hay los mismos problemas de saturación de sonidos en la avenida Granados y José Quieri. También en la av. José Garcés y Luis Tipán del Comité del Pueblo. Igual en la 25 de Mayo y Alfareros de Cotocollao.
La gente coincidió que es el mismo problema. Dueños de locales que sacan parlantes a las aceras y ponen música. Ante esa realidad, la Secretaría de Ambiente del Municipio señala que la capital enfrenta en la actualidad un alto crecimiento urbanístico, comercial y de movilidad. Estas condiciones hacen que el ambiente de la urbe presente varias afectaciones como la contaminación auditiva.
El ruido desproporcionado rompe el equilibrio natural y provoca notables niveles de estrés, afirmó Alicia Vallejo, directora de Gestión Calidad Ambiental al portal Quito Informa. “Afecta la calidad de vida y salud de las personas, sino también, de los animales que conviven en nuestro entorno; por esta razón, el Municipio de Quito lleva a cabo diferentes acciones de control, las cuales, siguen siendo insuficientes, sin el apoyo y compromiso mancomunado de los quiteños”.
La Secretaría de Ambiente ha realizado operativos de control ambiental en las zonas de La Paz, La Mariscal, La Ronda, La Granja, en El Inca, Solanda, Chimbacalle, Chillogallo, La Magdalena, Guamaní, Valles de Cumbayá y Tumbaco. Lo hacen en atención a las denuncias por ruido, causadas por actividades económicas, y centros nocturnos como bares, karaokes y discotecas.
En función del resultado de las intervenciones se planifican y ejecutan los monitoreos de ruido para determinar los niveles permisibles, de conformidad con la Norma Técnica (NT) establecida para la contaminación por ruido (NT003). En ese sentido -se indica en el Municipio- la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece que el oído tiene como tolerancia máxima al ruido un umbral de 65 decibeles (dB) luego de lo cual se genera afecciones.
Frente a esta realidad y en lo que va del año, se continuará con estos operativos en los lugares donde se ha identificado mayor conflictividad, como el Centro Histórico y en sectores pertenecientes a las administraciones zonales: Quitumbe, Eloy Alfaro, Eugenio Espejo, Mariscal y Tumbaco.
Médicos señalan que el exceso de ruido interfiere con el desempeño normal de las actividades diarias del trabajo, hogar, escuelas. Reduce el rendimiento de las personas y ocasiona trastornos del sueño, cambios en el carácter y sobre todo afectaciones a la salud, especialmente la auditiva.
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A continuación, un mapa interactivo de contaminación sonora en el Distrito Metropolitano de Quito:
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