El Gobierno considera que la polémica por la tala de Olón, de empresa de Lavinia Valbonesi, tiene motivaciones políticas

El escándalo generado por la tala en la comuna Olón de Santa Elena desató una crisis de gobierno que nadie gestionó. Pasaron casi 48 horas sin que ninguno de los implicados se refiera al problema.

La primera en hacerlo fue la ministra del interior, Mónica Palencia, quien fue abogada de la empresa Vinazin S.A, cuya accionista mayoritaria es Lavinia Valbonesi, la primera dama.

Puso en escena dos argumentos de defensa. El primero es que se trata de un tema personal, pese a que involucra a la familia presidencial y al gabinete.

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Esta es la misma línea que horas después siguió el ministro de Energía y Minas encargado, Roberto Luque, accionista de la firma que hizo el informe de factibilidad del proyecto inmobiliario.

"Mi nombre ha surgido en materia de un proyecto privado, particular, del ahora Presidente de la República, pero que cuando me contrató era un ciudadano más", relató.

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El segundo argumento es que el lío no es más que una revancha política. "Estos escándalos tienen que ver con la necesidad de partidos políticos que se ven fuera de la cancha, en términos futboleros. Que vieron la goleada 9-2 que se metió con motivo de la consulta popular", expresó Palencia.

Esa tesis, que tampoco aclara si existe o no un daño ambiental en Olón, horas después fue reforzada por el presidente Daniel Noboa, quien en un acto público mencionó:

"La campaña ha empezado para el 6 de febrero. Los que fracasaron en el pasado y quieren en el futuro estar donde estamos nosotros, ya empezaron a atacar", relató.

Después, usó su cuenta de X (antes Twitter) para insistir en el mismo argumento de defensa. Su esposa, en cambio, lo hizo en Instagram.

La última en aparecer fue precisamente quien debía esclarecer las dudas. La ministra de Ambiente, Sade Fritschi, puntualizó mediante un comunicado que la zona no corresponde a un área protegida, que el trámite comenzó en la administración anterior, pese a que su antecesor la contradijo, y que como es de bajo impacto, corresponde a la obtención de un registro ambiental.

También aplicó el tercer argumento de defensa que implementó Daniel Noboa: "Mientras intentan atacarnos, nosotros continuaremos nuestro trabajo en las obras que realmente le importan a los ecuatorianos".

Esto se puede interpretar como una invitación a hablar de cosas más trascendentales, pero con su próxima salida del país, es una invitación que queda en el aire.