24 nov 2023 , 14:05

La reserva Puntilla de Santa Elena busca proteger a las especies emblemáticas marinas

El punto más extremo de la costa continental ecuatoriana está en la reserva de producción de fauna marina costera puntilla de Santa Elena, en el cantón de Salinas.

   

La reserva Puntilla de Santa Elena alberga uno de los lugares más populares de la costa ecuatoriana: la chocolatera. Se llama así por el color que toman sus aguas cuando las olas rompen contra los acantilados

Hasta 300 mil turistas al año visitan esta área protegida, que alberga a cerca de 50 especies de animales, entre ellas, aves, peces y crustáceos.

Corretean entre basura oceánica arrastrada a las costas, que también dificulta el camino a otras especies pequeñas, como las tortugas bebé.

"Octubre, noviembre y diciembre, son los meses donde mayor cantidad de tortuga registramos. En esta playa vemos como está todo lleno de basura", comentó el guardaparque de la reserva, Anderson Velasco.

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El guardaparque también mencionó que esa es la problemática de la basura marina, pues en una playa sin actividad turística, se llena de basura que afecta a la vida

Pero los animales más grandes también enfrentan amenazas. 16 especies de mamíferos marinos habitan en esta reserva. Los más emblemáticos son los lobos marinos.

Se han contabilizado hasta 250 individuos, que descansan en la llamada Lobería. Ejemplares que suelen atascarse en redes de pesca, mientras buscan alimento.

Las campañas de educación a pescadores artesanales son fundamentales, porque aunque en las 52 mil hectáreas marinas de la reserva no está permitida la pesca, suelen detectarse actividades al margen de la ley.

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Por ello se realizan con pescadores, artesanos, surfistas o militares para sensibilizar a las personas del sector.

El monitoreo se potencia con el apoyo de organizaciones como Wildaid, que gestionó la donación de un sistema de vigilancia a tres niveles: satelital, con radar y con cámaras.

Roddy Macías, máster en gestión ambiental, comentó que "Las herramientas sirven para combatir la pesca ilegal en un área que es patrimonio del Ecuador y debe estar protegido.

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El control se extiende al fondo marino. Los buzos del ministerio del Ambiente peinan los 14 arrecifes de la reserva, levantando información. Y marcan a tortugas marinas. Una de ellas tenía un metro de diámetro y pesaba 150 libras.

Se los identifica con tags en las aletas con un número para saber que vienen de Ecuador. Además, hacen un levantamiento de información de las especies que se pueden encontrar en esos ecosistemas.

Con la información que se recoge, los guardaparques miden la efectividad de los esfuerzos de conservación. Y establecen las normativas para regular y proteger esta, una de las 19 áreas marinas y costeras protegidas del país.

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