09 may 2014 , 03:31

Jenny, la primera soldadora del país que comparte esta pasión con sus hijos

   

No solo es admirada por su instito maternal, sino por sus particular forma de ganarse la vida.

Los hijos son el motor que impulsa a las madres a luchar todos los días, un ejemplo de esto es Jenny Sánchez, la primera soldadora del Ecuador. Ella ha educado a sus cinco hijos a base de metal y soldadura.

 

Décadas atrás se creía que los trabajos, considerados por la sociedad los más difíciles, eran solo para hombres, pero hubo alguien que rompió la tradición hace 58 años poniendo en jaque al sistema laboral de aquel entonces. Doña Jenny dirige un taller de mecánica especial, en las calles Febres Cordero y Guerrero Martínez, al sur de Guayaquil.

 

Ella narra que todo nació como una curiosidad, en el colegio no quería aprender nada relacionado con las manualidades, su único deseo era soldar piezas de carros. Hasta hace doce años, hacia el trabajo sola: se colocaba la máscara y con pistola de soldar areglaba cualquier pieza que necesitaran sus clientes.

 

Su esposo, de quien heredó este oficio, tenía la idea de que la mujer debía dedicarse estrictamente al cuidado de sus hijos; sin embargo, una difícil situación económica lo hizo cambiar de opinión, fue entonces cuando Jenny aprovechó para colgar el mandil de cocina y colocarse otro más pesado y fuerte: el de soldadora.

 

Aunque ya no posee esa misma habilidad, debido a su enfermedad, esto no ha sido obstáculo para que esta madre deje a un lado su pasión por la soldadura, aun cuando ahora solo se dedica a supervisar los trabajos que allí se realizan.

 

Detrás de ella hay todo un ejército de soldadores: sus hijos, desde muy pequeños los llevaba al taller y de a poco se fueron involucrando en la profesión de su madre, Jorge Herbas es uno de ellos.

 

La labor de Jenny no solo es admirada por su entorno, pues ha recibido condecoraciones de expresidentes de la república, estuvo en el Primer Congreso Internacional de la Mujer, que se realizó en Asia, por ser la primera mujer soldadora del país.

 

Pese a todos los reconocimientos, ella afirma que su máxima condecoración es haber entregado todo por sus hijos.

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