Ser madre también significa apoyar a los hijos cuando escogen un camino que uno no tenía previsto.
Ser madre también significa apoyar a los hijos incluso cuando escogen un camino que uno no tenía previsto. El periodista de Televistazo Rafael Hernández conversó con las madres de dos sacerdotes y explica cómo ellas son ahora uno de los principales apoyos de sus hijos que los sorprendieron cuando decidieron seguir la vocación religiosa:
Si hoy vemos a María del Pilar García visitando a su hijo, el sacerdote César Piechestein, no nos imaginaríamos que 13 años atrás ella se opuso a su vocación. Entonces quería que el estudie una profesión tradicional, pero ahora que ve a su hijo feliz en su oficio, la historia ha cambiado.
“Uno como madre o como persona cree que la realización de la persona es ser padre, tener hijos. El ser sacerdote también lo hace padre de muchos hijos que son adoptados espiritualmente”, comenta María del Pilar.
Mercy Vera también se sorprendió cuando su hijo le dijo que quería ser sacerdote, pero no porque no le gustara la idea, sino porque el ahora padre Javier Tigrero ya era un Ingeniero Civil cuando siguió el camino religioso. Ella cuenta que el Día de la Madre es un momento especial porque normalmente el domingo es el día más ocupado para su hijo.
“Y va rápido a la casa, me felicita y todo, almuerza o va de paseo, y se regresa a su parroquia”, dice Vera.
Los dos hijos dicen que a su manera, el impacto de sus madres en su trayectoria ha sido invaluable, tanto de la que se opuso: “El haber madurado tanto la decisión me sirvió para no desanimarme y no echarme atrás”, comenta el padre César.
Como de la que estuvo a favor desde el comienzo: “Pues Dios ha querido que sean las madres, los instrumentos de ese poder de los hijos a acercarse a Dios”, señala Tigrero.
Para este domingo ellas suman al Día de las Madres, otra fiesta católica: el Día Mundial de Oración por las vocaciones religiosas. Lo consideran importante porque dicen que la mejor ayuda que ahora dan a sus hijos, es rezar.
“Desde el primer momento que él se fue al seminario yo como madre le ayudé en la oración y hasta la actualidad yo sigo ayudándole en la oración, yendo a misa todos los días, dándole gracias a Dios por esa gracia que él tuvo para con nuestra familia”, reflexiona Mercy Vera.
Para María del Pilar García la oración es lo que más la acerca a su hijo: “Todo este tiempo lo que él ha logrado con su vocación es que yo me acerque más a Dios. Tenemos un grupo que se llama 'Madres Sacerdotales' de las cuales nos dedicamos a orar por los sacerdotes y los seminaristas”.
Estas dedicadas madres concluyen que al final del día ellas son felices porque saben que sus hijos también lo son.
Recomendadas