Los platos típicos de Manabí se reinventan

Grupos de chefs están reinventando platos típicos, fusionando prácticas ancestrales con técnicas de alta cocina, convirtiendo cada degustación en una experiencia única.

Un ejemplo es el ceviche de Jipijapa, que se prepara en la Escuela Gastronómica y de Hospitalidad Iche, en el cantón San Vicente, norte de Manabí.

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Su base es un filete de pescado con aceite verde, decorado con trozos de pepino y maní tostado, acompañado de una salsa que concentra el sabor de la pasta de maní, servida en forma de helado.

La cazuela de mariscos, ícono de la cocina manaba, no ha sido la excepción en este proceso de transformación. Conocida por su sabor profundo y su textura suave, ahora se presenta con un toque de sofisticación.

Sus ingredientes principales como el camarón y el pescado, se asan primero en un horno de leña, se combinan luego con un refrito de vegetales sazonados con especias y maní, y se sirven gratinados en una vasija de barro decorada con hierbas.

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Verduras y hierbas cultivadas en huertos orgánicos son el sello de estos platillos. Dentro de esta ola de innovación, también han surgido dulces inspirados en recetas tradicionales, como una crema que combina el maní de Charapotó, la panela de Junín y el cacao de San Vicente.

Este año, la cocina tradicional de vanguardia en Manabí se pondrá a prueba en el concurso mundial de Región Gastronómica 2026. Orazio Belletini, director fundación Fuegos, dice que llegará jurado internacional, "van a visitarnos en el mes de octubre, van a conocer la provincia, van a conocer los ecosistemas y paisajes, a conocer sus emprendedores y van a evaluar cuán unida está Manabí en el propósito de dar ese salto a la internacionalización".

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Para alcanzar este título, se ha desarrollado una ruta gastronómica que recoge los sabores y saberes de la cocina manabita de Sucre, San Vicente, Jama y Pedernales.