¿Cuál es la diferencia entre El Niño y La Niña?

Durante condiciones normales en el océano Pacífico, las corrientes de viento soplan hacia el oeste a lo largo de la línea ecuatorial, llevando agua cálida de Sudamérica hacia Asia.

Para reemplazar esa agua tibia, el agua fría sube desde las profundidades, un proceso llamado afloramiento.

El Niño y La Niña son patrones climáticos opuestos que rompen estas condiciones normales. Los científicos llaman a estos Dos fenómenos el ciclo El Niño - Oscilación del Sur (ENOS).

Tanto El Niño como La Niña pueden tener impactos globales en el clima y los ecosistemas. Ambos suelen durar de nueve a doce meses, pero a veces pueden durar años. Estos fenómenos ocurren cada dos a siete años, en promedio, pero no ocurren en un horario regular. Generalmente, El Niño ocurre con más frecuencia que La Niña.

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Durante El Niño, las corrientes de viento se debilitan. El agua cálida es empujada hacia el este, hacia la costa oeste de las Américas.

Los pescadores notaron por primera vez periodos de agua inusualmente cálida en el Océano Pacífico en el siglo XVII. El nombre completo que usaron fue El Niño de Navidad, en referencia a Jesucristo, porque El Niño suele alcanzar su punto máximo alrededor de diciembre.

En este fenómeno aumentan las precipitaciones, y por consiguiente, se producen inundaciones.

El Niño también tiene un fuerte efecto sobre la vida marina frente a la costa del Pacífico. En condiciones normales, el afloramiento trae agua de las profundidades a la superficie; esta agua es fría y rica en nutrientes.

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Durante El Niño, el afloramiento se debilita o se detiene por completo. Sin los nutrientes de las profundidades, hay menos fitoplancton frente a la costa. Esto afecta a los peces que comen fitoplancton y, a su vez, afecta a todos los consumidores de pescados.

A La Niña también se le llama, a veces, El Viejo o anti-El Niño. Este acontecimiento natural tiene el efecto opuesto de El Niño. Durante los eventos de La Niña, las corrientes de viento son aún más fuertes de lo habitual, empujando más agua cálida hacia Asia. Frente a la costa oeste de las Américas, aumenta el afloramiento, trayendo agua fría y rica en nutrientes a la superficie.

Estas aguas frías en el Pacífico empujan la corriente hacia el norte. Durante un año de La Niña, las temperaturas invernales son más cálidas de lo normal en el sur y más frías de lo normal en el norte. La Niña también puede conducir a una temporada de huracanes más severa en América del Norte.