Entre junio y octubre de cada año, se realiza el avistamiento de ballenas jorobadas.
Cada año, entre junio y octubre, Ecuador recibe turistas de países vecinos como Perú y Colombia; pero también de Estados Unidos, Europa y Asia, investigadores y público en general para disfrutar del espectáculo que brinda el avistamiento de las ballenas jorobadas, conocidas como "las bailarinas del centro del mundo".
Estos mamíferos seducen a quienes las observan con sus impresionantes saltos y singulares aletazos en nuestras costas, show que se ha constituido en un atractivo turístico y que podría ver amenazado con la caza de estos cetáceos. Es que Japón retomará este 1 de julio de 2019, la caza comercial de ballenas, decisión que afecta a Ecuador.
Cristina Cely, de la comisión de fauna marina del Movimiento Animalista Nacional (MAN) quien participó en la última reunión de la Comisión Ballenera Internacional -de la cual Ecuador es miembro-, advirtió en su momento de las consecuencias. El retiro de la moratoria sobre la caza comercial de ballenas por parte de Japón sí afectaría a nuestro país, puesto que nuestras especies son migratorias. Aquellas que nacen en aguas nacionales se van hacia la zona de la Antártida para poder alimentarse. En invierno, en cambio, los cetáceos migran a costas de distintos países para tener a sus crías.
En el encuentro internacional de la Comisión, realizado en Brasil, en septiembre de 2018, Ecuador defendió la protección de todas las especies de ballenas dentro de su jurisdicción nacional y la prohibición a toda actividad que atente contra su vida.
La caza de ballenas es considerada, según el marco Constitucional ecuatoriano, una violación a la defensa de los derechos de la naturaleza. Nuestro país reconoce la aplicación de medidas de precaución y restricción para las actividades que puedan conducir a la extinción de las especies, la destrucción de los ecosistemas o la alteración permanente de los ciclos naturales.
En la Declaración de Florianópolis, Brasil, nuestros representantes enfatizaron en la protección y conservación no solo de las ballenas sino de todas las especies de cetáceos. Además, reafirmaron la importancia de mantener la moratoria a la caza comercial de 1982 y la responsabilidad de la Comisión Ballenera, de asegurar la recuperación de la población de los cetáceos a sus niveles preindustriales.
La CBI fue establecida bajo el Convenio Internacional para la Regulación de la Pesca de la Ballena con el propósito de velar por la conservación adecuada de las poblaciones de ballenas y posibilitar el desarrollo ordenado de la industria ballenera.
La Comisión Ballenera Internacional (CBI) está conformada por aproximadamente 90 países; Ecuador se reincorporó en 2007. Nuestro país también forma parte del Grupo de Buenos Aires (GBA), integrado por 10 países latinoamericanos, que promueve la conservación de las ballenas, especialmente a través de la creación de un Santuario de Ballenas en el Atlántico Sur.
Algunas ballenas tienen una vida similar a los humanos, en particular la ballena azul, que puede llegar a vivir 85 años de edad.
En 2006, se fijaron límites sobre cuántas ballenas puede matar anualmente una persona. Ahora es legal matar a 39 ballenas en un año. Siete de cada 13 están en la lista de especies en peligro de extinción.
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