16 nov 2019 , 01:49

Gobierno y Evo Morales se culpan de la violencia en Bolivia

   

Activistas de los derechos humanos en Bolivia han pedido a la CIDH enviar una misión.

El gobierno transitorio y el expresidente Evo Morales se acusan de alentar la convulsión en Bolivia, mientras se eleva a ocho el número de fallecidos en la jornada más violenta ocurrida el viernes cuando fuerzas de seguridad repelieron a cientos de manifestantes cocaleros que intentaron romper un cerco militar para ingresar a la ciudad de Cochabamba.

 

El número de fallecidos podría subir debido a la gravedad de algunos heridos. En 25 días de convulsión social, 20 personas han muerto y sólo el viernes hubo 114 heridos, según reporte del Defensor del Pueblo.

 

Varios fallecidos murieron por bala. “Hubo uso desproporcionado de la fuerza que debe investigarse”, declaró a medios Nelson Cox, representante del Defensor en Cochabamba donde ocurrieron los hechos.

 

Cientos de cocaleros del Chapare, bastión de Morales, llegaron a Cochabamba, en el centro del país, pero un cordón militar-policial les cerró el paso hasta que el viernes los manifestantes rompieron la barrera y se desencadenó la violencia.

 

La policía dijo que decomisó a los manifestantes un fusil, gas lacrimógeno, petardos, canicas y hondas. El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, dijo el sábado que hay “grupos sediciosos” atizando la protesta con participación de “extranjeros”.

 

Cochabamba ha sido escenario de violentos choques entre cocaleros afines a Morales y organizaciones cívicas opositoras. Un estudiante murió a golpes en enfrentamientos anteriores. La ciudad tiene una larga historia de esa confrontación.

 

La violencia se desató inicialmente tras acusaciones de fraude en las elecciones del 20 de octubre, en que Morales buscaba un cuarto mandato. Ahora las protestas son de grupos que piden su regreso y rechazan la elección de Añez quien debe llamar a nuevas elecciones en tres meses.

 

“Morales está sacando gente armada del Chapare”, dijo Áñez el sábado en un contacto por Skype con el líder opositor venezolano Juan Gaidó, quien manifestó su respaldo y anunció que en los “próximos días” nombrará un representante diplomático. La embajadora Cris González y otros diplomáticos afines al régimen de Nicolás Maduro, fueron expulsados la víspera.

 

Desde México donde se halla exiliado, Morales acusó a Añez de reprimir al pueblo con apoyo militar.

 

Áñez anunció, sin detallar, “medidas constitucionales” para frenar la convulsión. La mandataria no está logrando avances para pacificar el país. Mientras el conflicto se alarga, comienza a sentirse escasez de combustible, alimentos y suministros sobe todo en La Paz debido a los bloqueos que impiden el tránsito.

 

La Paz también es centro violentas protestas a favor de Morales. Grupos violentos

 

El sábado, los cocaleros caídos eran velados en la carretera cerca al sitio del choque en esta ciudad dominada por el miedo y el luto.

 

Una mujer llorosa puso su mano sobre un ataúd de madera rodeado de flores mientras preguntaba: “¿Esto es democracia? Así matando como si fuera cualquier cosa”. Otra lloraba y rezaba en quechua sobre el féretro de Omar Calle, que estaba cubierto con la bandera nacional boliviana y la “wiphala”, que representa a los pueblos indígenas.

 

El exgobernante indígena salió exiliado a México alegando un golpe de Estado de la derecha después que una auditoria de la OEA ratificara irregularidades en los comicios recomendando una nueva elección. Morales perdió apoyo de los policías y de los militares lo que precipitó su renuncia cuando le faltaba tres meses para completar su tercer mandato.

 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el “uso desproporcionado de la fuerza policial y militar. Las armas de fuego deben estar excluidas de los dispositivos utilizados para el contra de las protestas sociales”, dijo mediante Twitter.

 

El gobierno transitorio y el expresidente Evo Morales se acusan de alentar la convulsión en Bolivia, mientras se eleva a ocho el número de fallecidos en la jornada más violenta ocurrida el viernes cuando fuerzas de seguridad repelieron a cientos de manifestantes cocaleros que intentaron romper un cerco militar para ingresar a la ciudad de Cochabamba.

 

El número de fallecidos podría subir debido a la gravedad de algunos heridos. En 25 días de convulsión social, 20 personas han muerto y sólo el viernes hubo 114 heridos, según reporte del Defensor del Pueblo.

 

Varios fallecidos murieron por bala. “Hubo uso desproporcionado de la fuerza que debe investigarse”, declaró a medios Nelson Cox, representante del Defensor en Cochabamba donde ocurrieron los hechos.

 

Cientos de cocaleros del Chapare, bastión de Morales, llegaron a Cochabamba, en el centro del país, pero un cordón militar-policial les cerró el paso hasta que el viernes los manifestantes rompieron la barrera y se desencadenó la violencia.

 

La policía dijo que decomisó a los manifestantes un fusil, gas lacrimógeno, petardos, canicas y hondas. El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, dijo el sábado que hay “grupos sediciosos” atizando la protesta con participación de “extranjeros”.

 

Cochabamba ha sido escenario de violentos choques entre cocaleros afines a Morales y organizaciones cívicas opositoras. Un estudiante murió a golpes en enfrentamientos anteriores. La ciudad tiene una larga historia de esa confrontación.

 

La violencia se desató inicialmente tras acusaciones de fraude en las elecciones del 20 de octubre, en que Morales buscaba un cuarto mandato. Ahora las protestas son de grupos que piden su regreso y rechazan la elección de Añez quien debe llamar a nuevas elecciones en tres meses.

 

“Morales está sacando gente armada del Chapare”, dijo Áñez el sábado en un contacto por Skype con el líder opositor venezolano Juan Gaidó, quien manifestó su respaldo y anunció que en los “próximos días” nombrará un representante diplomático. La embajadora Cris González y otros diplomáticos afines al régimen de Nicolás Maduro, fueron expulsados la víspera.

 

Desde México donde se halla exiliado, Morales acusó a Añez de reprimir al pueblo con apoyo militar.

 

Áñez anunció, sin detallar, “medidas constitucionales” para frenar la convulsión. La mandataria no está logrando avances para pacificar el país. Mientras el conflicto se alarga, comienza a sentirse escasez de combustible, alimentos y suministros sobe todo en La Paz debido a los bloqueos que impiden el tránsito.

 

La Paz también es centro violentas protestas a favor de Morales. Grupos violentos

 

El sábado, los cocaleros caídos eran velados en la carretera cerca al sitio del choque en esta ciudad dominada por el miedo y el luto.

 

Una mujer llorosa puso su mano sobre un ataúd de madera rodeado de flores mientras preguntaba: “¿Esto es democracia? Así matando como si fuera cualquier cosa”. Otra lloraba y rezaba en quechua sobre el féretro de Omar Calle, que estaba cubierto con la bandera nacional boliviana y la “wiphala”, que representa a los pueblos indígenas.

 

El exgobernante indígena salió exiliado a México alegando un golpe de Estado de la derecha después que una auditoria de la OEA ratificara irregularidades en los comicios recomendando una nueva elección. Morales perdió apoyo de los policías y de los militares lo que precipitó su renuncia cuando le faltaba tres meses para completar su tercer mandato.

 

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el “uso desproporcionado de la fuerza policial y militar. Las armas de fuego deben estar excluidas de los dispositivos utilizados para el contra de las protestas sociales”, dijo mediante Twitter.

 

Activistas de los derechos humanos en Bolivia han pedido a la CIDH enviar una misión de verificación al país.

 

El Embajada de Argentina, con apoyo de gendarmes de ese país, ayudó a evacuar a cuatro periodistas de cadenas argentinas que denunciaron agresiones de manifestantes, según un comunicado de esa delegación. La Cancillería de Buenos Aires manifestó preocupación por las denuncias.

 

A pesar de las protestas, el gobierno y legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS) buscan acuerdos para pacificar el país y llamar a elecciones en tres meses, con la mediación de la ONU, la Unión Europea y los obispos católicos.

 

En una entrevista con la AP en México el jueves, Morales dijo que aunque presentó su renuncia, el Congreso nunca la aceptó, por lo que puede decir que “sigo siendo presidente”.

 

Morales señaló que abandonó el cargo por la por la presión del ejército _ el jefe de las fuerzas armadas había “sugerido” su salida _ y por las amenazas de violencia contra sus colaboradores.

 

Áñez rechazó su argumento.

 

Morales hizo una buena gestión económica pero muchos bolivianos se desencantaron por escándalos de corrupción, presunto autoritarismo y su insistencia de aferrarse al poder.

 

El Embajada de Argentina, con apoyo de gendarmes de ese país, ayudó a evacuar a cuatro periodistas de cadenas argentinas que denunciaron agresiones de manifestantes, según un comunicado de esa delegación. La Cancillería de Buenos Aires manifestó preocupación por las denuncias.

 

A pesar de las protestas, el gobierno y legisladores del Movimiento Al Socialismo (MAS) buscan acuerdos para pacificar el país y llamar a elecciones en tres meses, con la mediación de la ONU, la Unión Europea y los obispos católicos.

 

En una entrevista con la AP en México el jueves, Morales dijo que aunque presentó su renuncia, el Congreso nunca la aceptó, por lo que puede decir que “sigo siendo presidente”.

 

Morales señaló que abandonó el cargo por la por la presión del ejército _ el jefe de las fuerzas armadas había “sugerido” su salida _ y por las amenazas de violencia contra sus colaboradores.

 

Áñez rechazó su argumento.

 

Morales hizo una buena gestión económica pero muchos bolivianos se desencantaron por escándalos de corrupción, presunto autoritarismo y su insistencia de aferrarse al poder.

 

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