11 mar 2025 , 18:05

Trump cancela el aumento de aranceles al acero y aluminio de Canadá

El presidente estadounidense había anunciado duplicar los gravámenes, pero dio marcha atrás tras presiones de Ontario.

   

La relación comercial entre Estados Unidos y Canadá vivió una nueva tensión este martes 11 de marzo, cuando el presidente estadounidense Donald Trump amenazó con duplicar los aranceles sobre el acero y el aluminio canadienses. Sin embargo, horas después, revirtió la decisión tras una conversación con autoridades canadienses.

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Por la mañana, Trump anunció en su red Truth Social que los aranceles aduaneros sobre estos productos pasarían del 25 % al 50 % a partir del miércoles, en respuesta a un recargo impuesto por la provincia canadiense de Ontario a las exportaciones de electricidad hacia EE. UU..

Sin embargo, en la tarde, luego de una llamada entre el primer ministro de Ontario, Doug Ford, y el secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, Trump cambió de opinión.

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"Hay alguien muy fuerte en Canadá que iba a imponer un recargo a la electricidad, lo cual hubiera sido muy malo. Como eso no va a ocurrir, respeto esa decisión", declaró el mandatario desde la Casa Blanca, insinuando que reconsideraría su postura.

El impacto de los aranceles en la economía de EE. UU. y Canadá

Horas antes de que expirara el plazo para la imposición de los nuevos gravámenes, Trump insistió en que no habría excepciones, lo que habría afectado sectores como la electrónica, la automoción y la construcción.

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Canadá es uno de los principales proveedores de metales a EE. UU., suministrando el 50 % del aluminio y el 20 % del acero que importa el país. La medida generó preocupación en la industria y una rápida reacción del futuro primer ministro canadiense, Mark Carney, quien advirtió que la respuesta de Canadá afectará a EE. UU. con un impacto mínimo en su propia economía.

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"Nunca formaremos parte de Estados Unidos. Que los estadounidenses no se engañen: en el comercio, como en el hockey, Canadá ganará", declaró Carney, rechazando las afirmaciones de Trump.

En paralelo, el presidente estadounidense amenazó con imponer aranceles a los automóviles canadienses a partir del 2 de abril, lo que, según él, "cerraría permanentemente el negocio de fabricación de automóviles en Canadá".

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Incluso, en un tono provocador, sugirió que lo "más sensato" sería que Canadá se convirtiera en el "51° estado" de EE.UU., lo que eliminaría los aranceles y mejoraría la seguridad fronteriza y militar de ambos países.

Empresarios divididos ante la política arancelaria de Trump

Mientras algunos sectores de la industria siderúrgica estadounidense celebraron la medida, otros alertaron sobre el impacto inflacionario que podría derivarse de los aumentos en los costos de importación.

Drew Greenblatt, propietario de Marlin Steel en Baltimore, se mostró entusiasmado con los aranceles, asegurando que han beneficiado a las empresas que solo utilizan acero estadounidense.

"Estamos encantados con los aranceles", afirmó.

Sin embargo, otros fabricantes señalaron que el alza de los costos afectaría los precios de productos esenciales, desde materiales de construcción hasta artículos básicos como los clavos.

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Los economistas han advertido que la política comercial de Trump podría generar un impacto inflacionario, elevando los precios para los consumidores y provocando un aumento en el costo de la vida.

A pesar de la marcha atrás de Trump, la tensión comercial entre ambos países sigue latente, especialmente con la amenaza de nuevas sanciones a la industria automotriz canadiense en abril.

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