Enfrentamientos entre seguidores de Luis Arce y Evo Morales durante la marcha contra el Gobierno de Bolivia

Este domingo 22 de septiembre se registraron enfrentamientos entre simpatizantes del presidente boliviano Luis Arce y el exmandatario Evo Morales en el marco de la Marcha para Salvar Bolivia, convocada por Morales. Los enfrentamientos ocurrieron en el Cruce de Ventilla, en El Alto, donde seguidores de ambos líderes utilizaron petardos, piedras y explosivos.

La marcha liderada por Morales, que busca su habilitación como candidato para las elecciones de 2025, avanzó este domingo hasta la comunidad de Achica Arriba, a 35 kilómetros de La Paz. Morales aseguró que están a un paso de llegar a la sede de Gobierno y afirmó que el objetivo es "recuperar la revolución". Los seguidores del exmandatario pasaron la noche en esta localidad, con planes de continuar su camino este lunes de madrugada.

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Sin embargo, la situación se tornó violenta cuando seguidores de Arce y funcionarios del Gobierno se concentraron en un cabildo en El Alto para manifestarse en contra de la marcha. En el lugar se reportaron detonaciones de dinamita, lanzamientos de piedras y agresiones a periodistas. El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, denunció que al menos tres personas resultaron heridas durante los disturbios y acusó a Morales de intentar desestabilizar al país.

Ante la inminente llegada de la marcha a La Paz, las autoridades reforzaron la seguridad en la ciudad, especialmente en los alrededores de la plaza Murillo y la sede de la Central Obrera Boliviana (COB). Sectores leales a Arce también se preparan para detener la movilización en la ciudad de El Alto. Mientras tanto, los seguidores de Morales denuncian amenazas contra su integridad física y han enviado una carta a la ONU expresando su preocupación.

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En medio de la creciente tensión, el Gobierno de Arce ha enviado cartas a tres organismos internacionales, entre ellos la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), denunciando "actos de desestabilización" por parte de Morales y sus seguidores. Las diferencias entre ambos líderes, distanciados desde finales de 2021, profundizaron la crisis dentro del Movimiento al Socialismo (MAS), generando divisiones en torno al control del partido.