El presidente estadounidense visitará la isla los próximos 21 y 22 de marzo.
Cuba recibirá al presidente Barack Obama con "hospitalidad", en el que será el primer viaje de un mandatario estadounidense en activo a la isla desde 1928, visita concebida por el Gobierno cubano como una "oportunidad" para que conozca de primera mano la realidad del país y sus transformaciones.
Poco después de que el propio Obama confirmara su visita a través de Twitter, la directora para EE.UU de la Cancillería cubana, Josefina Vidal, ofreció una conferencia de prensa en la que destacó que ese viaje será "un paso más" en la "construcción de una nueva relación" entre los dos países.
"Creemos que va a ser una oportunidad para que pueda tener una aproximación directa a la realidad cubana y a todo lo que hemos estado haciendo en los últimos años (...), las transformaciones dirigidas a la mejoría del bienestar de la población cubana", dijo Vidal en una conferencia de prensa en La Habana.
En su mensaje en las redes sociales, el presidente estadounidense justificó su visita, los próximos 21 y 22 de marzo, con el propósito de "promover el progreso y los esfuerzos que pueden mejorar la vida de los cubanos".
A nueve meses de concluir su mandato y como colofón a su decisión de restablecer las relaciones con Cuba, el presidente Obama visitará durante dos días la isla, acompañado de su esposa Michelle Obama, como parte de una gira por Latinoamérica.
Durante su estancia en la isla se reunirá con su homólogo Raúl Castro, en el que será el tercer encuentro entre ambos en menos de un año: el primero fue el pasado abril en la Cumbre de las Américas de Panamá, y el segundo, en septiembre, durante Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York.
En su comparecencia ante la prensa, Vidal reiteró que, en este nuevo capítulo en la historia de ambos países, Cuba está dispuesta a dialogar con el Gobierno de EE.UU. sobre cualquier tema, incluyendo los derechos humanos, asunto delicado sobre el que mantienen profundas diferencias.
"Cuba también tiene opinión sobre el ejercicio de los derechos Humanos en otros países, incluido en los Estados Unidos. Y también tiene muchas experiencias positivas y exitosas que compartir en este campo", subrayó Vidal, que ha encabezado la parte cubana en las negociaciones diplomáticas con EE.UU. para normalizar las relaciones.
Además del encuentro con Castro, el comunicado oficial de la Casa Blanca señala que Obama se reunirá con "miembros de la sociedad civil, empresarios y cubanos" de a pie; aunque posteriormente, en rueda de prensa, el asesor adjunto de seguridad nacional de Obama, Ben Rhodes, se refirió explícitamente a encuentros con disidentes.
En una entrevista concedida al portal Yahoo el pasado 17 de diciembre, aniversario del anuncio del restablecimiento de relaciones, el propio Obama confirmó su deseo de viajar a Cuba, pero sólo si se daban las condiciones para un encuentro con disidentes; asunto sobre el que no ha habido pronunciamiento oficial en la isla.
Al respecto, representantes de la disidencia interna de la isla, en declaraciones a Efe, confiaron en que Obama haga un hueco durante su visita para verse con ellos, se pronuncie sobre la situación de los derechos humanos en la isla y siga apoyando los esfuerzos de activistas por la "democratización de la sociedad".
El opositor Manuel Cuesta Morúa destacó que una eventual reunión de Obama con disidentes enviaría "un mensaje claro" de apoyo a los cubanos que luchan por las libertades fundamentales; mientras que el expreso político José Daniel Ferrer advirtió que "las campañas antiestadounidenses del Gobierno cubano no han logrado su cometido".
Más crítica con el viaje, la disidente Berta Soler, líder del grupo opositor femenino Damas de Blanco, pidió al mandatario de EE.UU. que "piense bien" su visita puesto que acude a reunirse con "un dictador" en un país donde "no hay avances" en derechos humanos.
Sobre la visita de Obama, el primer mandatario que visita la isla desde el expresidente Calvin Coolidge en 1928, el exdiplomático y analista cubano Carlos Alzugaray consideró que es el "broche de oro" y un "impulso fundamental" a la normalización de relaciones.
"Confirma la voluntad de ambos gobiernos de lograr los mayores avances posibles para consolidar la nueva relación sobre bases sólidas y hacer el proceso irreversible", subrayó.
El anuncio de la visita de Obama se produce la misma semana en la que ambos países rubricaron en La Habana un trascendental acuerdo para el restablecimiento de vuelos directos y cuando delegaciones de Cuba y EE.UU. mantienen en Washington reuniones de alto nivel para estrechar vínculos comerciales al margen del embargo.
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