Boric y Lula da Silva tienen un roce ligero por sus posturas por la Guerra entre Rusia y Ucrania

El jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, consideró hoy que su homólogo chileno, Gabriel Boric, de 37 años, tenía un poco más de ansiedad que los demás mandatarios durante la cumbre entre la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Los líderes de la Unión Europea y la CELAC manifestaron este martes su profunda preocupación sobre la guerra en Ucrania en la declaración final de la cumbre celebrada en Bruselas entre el lunes y el martes, sin el apoyo de Nicaragua. No obstante, evitaron condenar la agresión rusa tras dos días en los que negociaron el texto final sobre Ucrania.

Por ello, Boric consideró importante que, desde Latinoamérica, se diga con claridad que lo que sucede en Ucrania. Según el presidente de Chile, el asunto de Ucrania es una agresión imperial, en donde se viola el Derecho Internacional.

Lula aseguró que la reunión fue madura y fructífera y que las palabras de Boric podrían ser un poco imprudentes dado que se podía intuir las posiciones de la Unión Europea acerca de la invasión de Rusia a Ucrania. Indicó que en la cumbre entre la UE y la Celac se estaba discutiendo la visión de 60 países.

Lula reconoció el nerviosismo de los países europeos por su proximidad territorial al conflicto, motivo que justificaría tener una posición definida sobre la guerra. Pero señaló que la condición lejana de una nación latinoamericana implicaba una responsabilidad de tomar una postura más calmada para poder promover la paz entre ambos bandos de la disputa.

Declaró que ni el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ni el de Rusia, Vladímir Putin, quieren hablar de la paz porque creen que van a ganar la guerra, pero Lula constató que el mundo y los países empiezan a cansarse del conflicto. Apuntó que la retirada de los soldados es parte de la negociación de paz sobre Ucrania.

Por otro lado, Boric contestó que las declaraciones de Lula no le parecieron ofensivas, pero que Chile tenía que respetar los principios acerca de reconocer que en el conflicto actual había una clara agresión inaceptable de Rusia hacia Ucrania.

Boric constató que ningún país debería iniciar una expansión territorial que viole el Derecho Internacional. Por ese motivo, también denunció que los misiles rusos destrozaran campos de grano ucraniano que también afectaban a mercados internacionales y que, por ende, Chile, junto a otros países, también saldría perjudicado.