La Regional de Guayaquil después de la fuga de Fito: "En esta cárcel ellos (militares) aún no toman el control"
El grupo criminal Los Choneros seguiría ejerciendo el control en la cárcel Regional, según un funcionario. Aquí los detalles.
Han pasado casi tres semanas desde que las autoridades se percataron o reconocieron públicamente que alias Fito, el cabecilla de Los Choneros, uno de los criminales más peligrosos de Ecuador, no se encontraba en su celda en el centro de Rehabilitación Social Guayas N°4 .
Su desaparición desencadenó una serie de hechos violentos que llevaron al presidente Daniel Noboa a decretar el conflicto interno armado. Esto implicó la movilización de los militares para neutralizar a 22 bandas terroristas y la intervención en las cárceles.
Según las Fuerzas Armadas, en el centro conocido como la Regional donde habitaba alias Fito, al igual que en las otras del país, la presencia militar es permanente. Sobre su accionar al interior, a través de videos virales, se ha mostrado a militares obligando a reclusos cantar el himno nacional o pintar las paredes de la lujosa celda que ocupaba el cabecilla.
Sin embargo, detrás de los muros, una realidad distinta parece persistir. Mario C. (nombre protegido), trabajador en este centro penitenciario hace siete años, reconoce que aunque la situación en la Regional está "más tranquila, apagada", el control continúa en manos del Grupo de delincuencia organizada (GDO), Los Choneros.
"En esta cárcel, ellos (militares) aún no toman el control", comenta y agrega que los guías no pueden realizar tareas, como el conteo general de todos los PPL, "no tienen el numérico exacto de la Regional". Añade que las celdas "pasan abiertas, están sin candados, todos están rotos".
En días previos, Jaime Vela, jefe de las Fuerzas Armadas, en una rueda de prensa dada el pasado 23 de enero, señaló que 10 de las 35 cárceles en el país estaban controladas. No precisó cuáles.
De acuerdo al funcionario, en las requisas efectuadas en la Regional, los militares destruyeron electrodomésticos y demás, pero no han encontrado armamento, al menos, no todo: "Han sacado de todo menos armas, no sé si no encontraron".
Pero, como ha sido público, el jueves 31 de enero, los militares ubicaron, tras una pared falsa, un arsenal que los reclusos de esa prisión tenían escondido con 14 armas de fuego y seis granadas de mano, asimismo balas de diferentes calibres. Los escondites de armas no han dejado de aparecer en el resto de cárceles del país.
Este medio consultó a la entidad encargada de los centros de privación de libertad, SNAI, sobre las requisas que se han llevado a cabo en este centro. Sin embargo, señalaron que esta información bajo el Decreto No.110 debe ser proporcionada por el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas y no por ellos. Lo que sí precisaron fue que con corte al 19 de enero, según sus registros, en la Regional existen 4 521 personas privadas.
Bajo este contexto, Mario expresa que el miedo de trabajar allí es latente, "entramos, pero no sabemos si podremos salir", dice y cuestiona que el SNAI no les dé garantías para su seguridad. Recuerda que hace apenas tres semanas, 201 guías penitenciarios y personal administrativo fueron retenidos en diferentes centros del país:
"En cualquier centro que uno pueda laborar siente recelo, porque estar acá dentro es una bomba de tiempo que no se sabe en qué momento puede detonar"
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