02 jul 2024 , 05:12

La historia del matrimonio igualitario en litigio por una impugnación de maternidad, en Ecuador

Se trata del primer caso de este tipo en la historia de el país. La audiencia de juzgamiento se realiza hoy, martes 2 de julio de 2024, en la Unidad Judicial de la Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia.

La audiencia de juzgamiento por el primer caso de impugnación de maternidad, al interior de un matrimonio igualitario, se reinstala este martes 2 de julio de 2024 en el edificio de la Unidad Judicial Especializada de la Familia, Mujer, Niñez y Adolescencia, ubicado en el centro-norte de Quito.

Se trata del primer caso de este tipo en la historia de Ecuador. ¿Cómo inició? Martina y Violeta se casaron hace cinco años y en la actualidad se encuentran separadas aunque no se han divorciado oficialmente ni viven juntas. Ambas coinciden que su matrimonio fue difícil, pues las rupturas y regresos se repetían constantemente.

Violeta, de 30 años, contó a Ecuavisa.com que ambas decidieron tener un hijo, Lucas, mediante un proceso de inseminación. Asegura que Martina, de 44, escogió el perfil genético de un donante desconocido. Eligió el de un hombre ecuatoriano, de piel blanca, alto y de ojos claros.

Afirma que ambas acudieron al centro de reproducción asistida y siguieron de cerca cómo evolucionaba el embarazo. Las dos se emocionaron al ver la primera ecografía 3D de Lucas y se tomaban fotografías. Martina acariciaba la barriga de Violeta y se emocionaban al sentir las primeras pataditas del bebé.

Violeta pensó que en algún momento mejoraría la relación, pero al contrario, esta iba empeorando, más cuando se enteró que Martina inició una demanda de impugnación de maternidad, el año pasado, para que Lucas no lleve su apellido. A partir de ese momento, comenzó una batalla legal que tendrá un desenlace hoy, al menos en primera instancia.

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¿Sabías que?
El 12 de junio del 2019, la Corte Constitucional (CC) aprobó el derecho al matrimonio entre parejas del mismo sexo en Ecuador. Diez años antes, la activista Pamela Troya inició la lucha en ese ámbito, que culminó con la decisión histórica del más Alto Tribunal.

Martina asegura que nunca supo del embarazo de Violeta y tampoco siguió el proceso de fecundación en un centro especializado. Jamás la acompañó a los chequeos médicos y no acarició la barriga de violeta mientras se encontraba en estado de gestación.

Su abogado, Gustavo Canelos, dice que cuenta con pruebas para demostrar que su defendida no estuvo junto a su esposa en los tratamientos y chequeos. Por eso, para la audiencia de hoy presentará el informe con el que demuestra que Violeta acudió sola al centro de reproducción asistida, sin Martina. Asimismo, asegura que tiene un documento presentado ante el Registro Civil, del 13 de octubre de 2023, con el que Violeta admite que su hijo no pudo ser inscrito con sus apellidos porque consta como casada.

"Para poder tener a mi hijo fui sometida a un proceso de inseminación artificial en el cual mi cónyuge no tuvo participación alguna", señala el documento que Canelos presentará en la diligencia, hoy. El abogado afirma que también posee el informe estadístico de nacido vivo de Lucas. Según el jurista, en este papel consta que inscribieron al recién nacido, le dieron un número de cédula y le asignaron una identidad con los apellidos de Violeta, no con los de Martina.

Le parece un error que, en el presente caso, se cite al artículo 24, literal A, del Código Civil que hace referencia a filiación de paternidad y maternidad por el hecho de haber sido concebida una persona dentro del matrimonio o unión de hecho. La razón: esta norma solo contempla a parejas heterosexuales, pero no igualitarias.

Canelos argumenta que su defendida no ha determinado absolutamente nada y Violeta fue quien buscó embarazarse por su cuenta. Enfatiza que no existe un certificado que diga que ella escogió al donante. Tampoco firmó un documento para prestar su consentimiento. "Yo me desperté un día y me dieron un hijo entre ella, el médico y Registro Civil", dijo Martina.

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El doctor Gustavo Canelos junto a Martina en su oficina en Quito.
El doctor Gustavo Canelos junto a Martina en su oficina en Quito. ( )

Canelos cita al artículo 33, literal C, de la Ley Orgánica de Donación y Trasplante de Organos, Tejidos y Células, los cuales señalan que cualquier persona podrá donar en vida sus componentes anatómicos, siempre y cuando hayan sido previamente informados de las posibles consecuencias de su decisión y otorguen su consentimiento escrito y notariado, en forma libre, consciente y voluntaria. Dicho consentimiento deberá ser anexado a las respectivas historias clínicas.

La abogada de Violeta es Johanna Orbe, de la fundación Girasoles de Justicia. Asegura que les respalda el testimonio del galeno que hizo la inseminación. Ante esa aseveración, Canelos dice que el médico solo se basa en un consentimiento tácito, pero no hay un documento firmado.

Orbe asegura que el caso es muy delicado porque el niño fue inscrito legalmente en el Registro Civil al nacer dentro de un matrimonio. Considera que hay vacíos en la ley porque si bien, en el Código Civil, se puede dar trámite legal a los casos en los que genéticamente no es el padre , "no existe una normativa (en Ecuador) que hable sobre este tipo de impugnaciones de maternidad".

Entonces, al momento que la Corte Constitucional (CC) dio paso al matrimonio igualitario, no estableció reglas claras sobre lo que implica la formación de familias igualitarias. Eso da lugar a que se produzcan controversias y la otra madre "se cree en el derecho de hacer una impugnación porque ella genéticamente no es la mamá. Sin embargo, las decisiones que se toman en pareja deben ser respetadas y tomar en cuenta que el derecho primordial no es de las madres, sino del menor".

Afirma que la Constitución ampara a Lucas con el derecho de tener una familia y una identidad. Una audiencia ya se realizó, el pasado 14 de mayo, pero fue suspendida por pedido de Violeta y se retoma hoy.

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Violeta en la oficina de su abogada, Johanna Orbe, en Quito.
Violeta en la oficina de su abogada, Johanna Orbe, en Quito. ( )

En tanto, Martina afirma que tiene otras evidencias con las que se puede comprobar que desconoció que su expareja se sometió a un tratamiento de reproducción asistida. "Ella quería que, a la fuerza, me haga cargo de su situación. Tengo audios, chats donde está muy claro que no tuvimos contacto cuando se fue a hacer la inseminación".

Para Orbe, lo que se debe verificar en este caso es que hubo la voluntad de las esposas para que se realice la inseminación. Si la justicia falla a favor de Violeta, Martina apelará y está dispuesta llegar hasta la última instancia.

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