El primer caso de impugnación de maternidad en un matrimonio igualitario en Ecuador
La historia de Violeta y Martina, quienes están casadas desde hace cinco años y su hijo nació mediante reproducción asistida. Martina dice que no hubo consentimiento para ser la madre del niño, mientras que Violenta desmiente esas aseveraciones.
En el cajón de su escritorio, Violeta guarda la historia clínica de su hijo, Lucas, quien cumplió siete meses y nació tras un tratamiento de reproducción asistida, en Quito. Es un bebé alegre e inquieto. No para de sonreír frente a la gente.
Sus madres son Violeta y Martina, quienes se casaron hace cinco años y en la actualidad se encuentran separadas aunque no se han divorciado oficialmente ni viven juntas. Violeta cuenta que su matrimonio fue difícil, pues las rupturas y regresos se repetían constantemente.
La mujer, de 30 años, pensó que en algún momento mejoraría la relación, pero al contrario iba empeorando, más cuando se enteró que, el año pasado, Martina inició una demanda de impugnación de maternidad para que Lucas no lleve su apellido.
Ella toma aire y hace una pausa al recordarlo. Le resulta complicado contar su historia, pues todo comenzó cuando contrajeron nupcias y ambas decidieron tener un hijo mediante un proceso de inseminación. De hecho, Martina, de 45 años, -cuenta Violeta- se encargó de escoger el perfil genético de un donante desconocido. Eligió el de un hombre ecuatoriano, de piel blanca, alto y de ojos claros.
Ambas acudieron al centro de reproducción asistida y siguieron de cerca cómo evolucionaba el embarazo. Se emocionaron al ver la primera ecografía 3D de Lucas y se tomaban fotografías. Martina acariciaba la barriga de Violeta y se emocionaban al sentir las primeras pataditas del bebé.
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"Íbamos juntas a las citas médicas (...) Para un proceso de inseminación, a la mujer se le estimula, entonces usualmente me ponían inyecciones en la pancita, y ella era la que me administraba la medicación, la que hablaba con el médico de temas económicos, de que cuánto va a costar, de cuándo vamos a pagar por el tratamiento, de las características del papá específicamente", narró Violeta a Ecuavisa.com.
Tras concebir al niño, ambas decidieron cambiar de médico porque uno era solo para la inseminación y luego iban a requerir un ginecólogo para los controles del embarazo. De eso hay papeles en los que aparece la historia clínica con las fechas.
Ante eso, Violeta sufre porque su hijo no merece lo que está pasando. Tiene problemas para alimentarlo con leche materna por el estrés. “No estamos divorciadas legalmente porque no hemos solucionado lo del bebé en lo que respecta a sus derechos y obligaciones”.
Cuenta que tuvo complicaciones para inscribirlo en el Registro Civil. La razón: no pudo hacerlo solo con sus apellidos. Al estar casada con Martina, Lucas debía llevar los apellidos de ambas. En esa entidad le dijeron que ella no decide sobre el infante, sino que eso consta en los derechos de la niñez y que si nace dentro de un matrimonio debe tener a sus dos mamás.
Le pidieron varios documentos en los que constan la fecha de la inseminación, los datos del centro en donde siguió el tratamiento e información de que el procedimiento se realizó con éxito y que hubo el consentimiento de las madres. De hecho -según Violeta- fue la segunda vez que lo intentaron porque en el primer tratamiento, la pareja sufrió la pérdida de un bebé.
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Ahora, Martina impugnó la paternidad de Lucas y Violeta asegura que la situación es muy difícil. "Siento miedo de lo que está pasando. Cuando vivíamos en Quito tuvimos una discusión y ahí se dio la separación definitiva".
La abogada de Violeta es Johanna Orbe, de la fundación Girasoles de Justicia. Asegura que el caso es muy delicado porque el niño fue inscrito legalmente en el Registro Civil al nacer dentro de un matrimonio. Considera que hay vacíos en la ley porque si bien, en el Código Civil, se puede dar trámite legal a los casos en los que genéticamente no es el padre , "no existe una normativa (en Ecuador) que hable sobre este tipo de impugnaciones de maternidad".
Entonces, al momento que la Corte Constitucional dio paso al matrimonio igualitario, no estableció reglas claras sobre lo que implica la formación de familias igualitarias. Eso da lugar a que se produzcan controversias y la otra madre "se cree en el derecho de hacer una impugnación porque ella genéticamente no es la mamá. Sin embargo, las decisiones que se toman en pareja deben ser respetadas y tomar en cuenta que el derecho primordial no es de las madres, sino del menor".
Afirma que la Constitución ampara a Lucas con el derecho de tener una familia y una identidad. Una audiencia ya se realizó, pero fue suspendida por pedido de Violeta. Ahora, ella espera una fecha para la segunda y continuar con los trámites legales. Está dispuesta a llegar hasta las últimas instancias.
En el proceso, la defensa de Martina argumenta que no hubo consentimiento para ser la madre de Lucas y desconoció que Violeta se sometió a un tratamiento de reproducción asistida.
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"Quiero que haya un precedente de que uno no puede decidir que exista una vida y luego deslindarse de la responsabilidad". Violeta
Indica que, en una ocasión, ambas tuvieron una fuerte discusión y Violeta comenzó a sentirse mal, por lo que temió perder al niño. La acompañó al médico y en ese momento se enteró que estaba embarazada por inseminación artificial, de lo cual jamás tuvo conocimiento ni participación. Le preocupaba la situación porque todo se dio cuando estaban en proceso de separación.
Eso será contestado por Orbe con pruebas documentales y testimonios. "Ella tuvo explícitamente el deseo de hacerlo y estuvo conmigo hasta los ocho meses y medio de embarazo. Luego estuvo conmigo hasta diciembre (del año pasado)", narró Violeta. Incluso tiene fotografías de Martina cargando al bebé.
Se trata del primer caso de impugnación de maternidad dentro de un matrimonio igualitario en Ecuador. Generalmente, este es un proceso que suele darse en parejas heterosexuales. Con base en cifras del Consejo de la Judicatura -según un reportaje publicado en Ecuavisa.com en junio de 2022- en Ecuador se reportaron 18 120 causas ingresadas desde el 2012 hasta el 12 de mayo del 2022.
La institución no distingue los casos cuyos fallos resultaron a favor o en contra de quienes impugnaron. Tampoco si un padre biológico impugnó la paternidad de su hijo. O si un mayor de edad lo hizo al enterarse quién es su verdadero padre. Lo mismo si alguien reconoció a un infante y luego se enteró, tras las pruebas de ADN, que no es el progenitor.
Las provincias con mayor cantidad de casos fueron Guayas y Pichincha con 3 574 y 2 982.
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