La cantante se desnuda, metálica y con trazas de alienígena, para su nuevo disco "Real & true".
Los niños prodigio de la factoría Disney tienen complicados saltos a la adolescencia. Al crecer deben cambiar de registro para evolucionar al ritmo de sus seguidores y no perderlos, anulando un negocio en el que suelen invertirse grandes sumas de dinero. Así, cambian de registro en sus trabajos y se desnudan para que todos vean que sus cuerpos también han adquirido otras cadencias.
Miley Cyrus lleva meses provocando al personal: se ha hecho rockera y rapera, se ha rapado media cabeza y se ha vuelto procaz y provocadora, como deben creer sus productores que son sus nuevas audiencias. Chicas paralelas como Lady Gaga o Courtney Love, que ya tienen sus años y mantienen una actitud paralela, apoyan a la ex Hannah Montana y hasta su papá, el folklórico (dígase country) Billy Ray Cyrus, cree que lo que importa es la voz.
Gran mentira, porque la voz es lo más manipulable hoy en día y la técnica hace milagros.
Miley se ha desnudado para el fotógrafo Terry Richardson, todo un experto en procacidades (excepto en la publicidad para Mango con Kate Moss), por partida doble; en un libro y en un videoclip. Y se lució lo suyo en la entrega de los últimos premios de la MTV que levantaron todo tipo de comentarios.
Ahora Miley se desnuda, metálica y con trazas de alienígena, para “Real & true”, el nuevo disco del cantante Future, incluido en el LP Honest, a la venta en diciembre. Miley le devuelve así el favor que le hizo el rapero cuando cantó con ella parte del tema "My darling", del disco Bangerez, de la nueva etapa de la ex niña prodigio.
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