21 oct 2012 , 12:37

La tecnología y el arte: una combinación para labrar el futuro

   

Eyal Gever crea esculturas en 3D con una impresora. Piense en la palabra arte. ¿Qué le viene a la mente? Quizá Picasso, Rodin o Dalí.

Eyal Gever crea esculturas en 3D con una impresora.

Piense en la palabra arte. ¿Qué le viene a la mente? Quizá Picasso, Rodin o Dalí.

Ahora piense en tecnología, y probablemente se imaginará un teléfono inteligente o una computadora.

A lo largo de la historia, la tecnología ha ofrecido nuevas herramientas de expresión a los artistas.

Actualmente estas dos disciplinas, aparentemente distintas, están más relacionadas que nunca, siendo la tecnología una fuerza fundamental en el desarrollo y evolución del arte.

En todo el mundo, hay gente diseñando nuestro futuro. Internet, la fabricación digital, la nano y biotecnología, automodificación, la realidad aumentada o virtual, "la singularidad"... lo que sea, todo esto está alterando nuestras vidas y nuestra visión del mundo y de nosotros mismos.

El fotógrafo Spencer Tunick es famoso por sus imágenes de personas desnudas.

Los científicos, programadores de software informático, inventores, emprendedores y también músicos, artistas visuales, directores de cine y diseñadores están ocupados creando nuevas experiencias humanas.

Gracias a ellos, no sólo se está haciendo un arte original en todas partes, sino que formas de arte completamente nuevas también están evolucionando.

Cada vez más artistas empujan los límites del arte, mirando más allá de lo que se considera "tradicional" para incorporar otros aspectos en su trabajo.

El arte se está haciendo cada vez menos estático, adoptando muchas formas diferentes, desde la impresión de esculturas creadas digitalmente en tres dimensiones hasta flashmobs, pasando por fotógrafos que retratan a cientos de voluntarios desnudos en la playa.

El poder de la red

Y las reglas del juego también están cambiando.

Desde el comienzo de la era del arte postmoderno, allá por la década de 1860, los actores más influyentes –artistas de renombre, curadores de museos, críticos de arte, promotores de ferias de arte y, sobre todo, poderosos propietarios de galerías- han dictaminado el comportamiento del mundo del arte.

Ollie Palmer creó una máquina para controlar el efecto de la feromona sobre hormigas.

Pero las formas modernas en que se está creando, produciendo, distribuyendo, comercializando, preservando y apoyando el arte han cambiado, como reacción directa a la transición a una sociedad digital conectada: la era de internet.

Tradicionalmente, los artistas acudían a las galerías con sus obras y la galería decidía si el material era lo suficientemente bueno para ser expuesto.

Ahora, acuden a internet para exhibir y vender su trabajo.

Con nuevos servicios como el fenómeno del crowdfunding (financiamiento colectivo), por primera vez los artistas son capaces de recaudar dinero en la web para realizar sus ideas.

Sólo en 2011, el sitio de internet de crowdfunding Kickstarter recaudó casi US$100 millones en compromisos para más de 27.000 proyectos relacionados con el arte.

Los artistas utilizan las redes sociales como una poderosa herramienta para modificar la relación entre los coleccionistas y el público, identificando con éxito a personas que buscan piezas de arte específicas.

Las esculturas creadas en 3D son muy diferentes a las del llamado "arte tradicional".

Posiblemente, el mercado tradicional del arte -coleccionistas, propietarios de galerías, críticos, curadores e incluso otros artistas- puede cuestionar que el artista que utiliza internet para la promoción de su trabajo sea un verdadero profesional.

Pero cualquiera que sea la reacción, el cambio ya está ocurriendo y es demasiado importante.

El mercado del arte lo asumirá y se acostumbrará a ello, como siempre sucede.

¿Arte verdadero?

A lo largo de la historia y hasta hace poco tiempo, era una élite la que participaba sobre todo en el desarrollo y creación del arte, mientras que el resto de la sociedad simplemente disfrutaba de las obras maestras.

El público era un mero observador pasivo.

Hoy día, en nuestro mundo conectado, casi toda la gente crea.

Con internet y las nuevas tecnologías de fabricación, mezcla, edición, manipulación y distribución, se facilita crear cosas y compartirlas con el mundo.

Lo que está cambiando, y puede ser que -discutiblemente- para peor, es que ahora es más fácil crear "arte" y vemos una gran cantidad de arte "malo" que se crea y se expone.

Cada año se exponen proyectos artísticos y tecnológicos en la World Maker Faire.

Una gran preocupación es que, como resultado de tantas herramientas y técnicas nuevas, podamos perder el sentido y la habilidad para evaluar qué es arte de buena calidad.

En arte, lo que se hace popular no es necesariamente bueno - y viceversa. Muchas ideas y trabajos artísticos nuevos fueron difíciles de digerir cuando aparecieron por primera vez.

En mi opinión, los artistas tienen ante sí el desafío de, al mismo tiempo, estar más abiertos a las nuevas tecnologías que conducen a nuevas formas de expresión y mantenerse verdaderamente creativos e imaginativos.

Pero aún sí, no hay límites. Y conforme la tecnología -especialmente la informática- continúe progresando, siempre habrá personas dispuestas a experimentar, intentando superar el límite de lo que se ha hecho previamente y que serán excelentes en ello.

El curador Hans Ulrich Obrist, codirector de la galería Serpentine, dijo una vez: "No creo que podamos predecir o prescribir el futuro del arte. Es el famoso 'sorpréndame' de Diaghilev y Cocteau; el gran arte siempre nos sorprende, nos lleva al lugar menos esperado".

Rumbos atrevidos

El arte y la tecnología siempre han estado relacionados.

Por tanto, ¿en qué necesitan pensar los artistas centrados en crear arte utilizando tecnología?

Un ingeniero de software gráfico, Rama Hoetzlein, dice que los artistas "de los nuevos medios" actuales tienen que pensar no solamente en las herramientas del presente, también deben establecer un diálogo con los artistas del pasado, que a la vez nos persiguen y nos desafían para que ascendamos sobre lo mundano.

Creo que cualquier artista moderno necesita acordarse de impulsar el arte hacia delante, inventar, definir nuevos paradigmas de expresión con poderosos significados.

Se trata de la experiencia que el artista le proporciona al público, ya sea con provocación o para cambiar la forma en que el espectador piensa, siente y percibe el mundo.

Esto es lo que realmente cuenta y no tiene nada que ver con las técnicas que el artista elige.

Por tanto, el objetivo de un artista contemporáneo que se decante por crear arte con las nuevas tecnologías no tiene que ser "extraer" significado de la plataforma tecnológica sino emplearla como base para su nuevo y audaz rumbo.

Y en mi opinión, el arte que sobrepasa los límites y define nuevos significados es el que transformará la forma como pensamos y sentimos, en la actualidad y en el futuro.

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