El dispositivo electrónico que cuesta 7 dólares y quiere cambiar el mundo
El Keepod permite instalar la información de nuestro escritorio en cualquier computadora.
Las memorias USB son una tecnología simple y tremendamente útil que a menudo damos por sentado.
Pero su importancia podría aumentar notablemente gracias al Keepod USB, una memoria capaz de almacenar un sistema operativo completo, para que el usuario pueda descargar su escritorio en cualquier computador.
Sus creadores, Nissan Bahar y Franky Imbesi, pretenden que este sistema ayude a disminuir la brecha digital en países en desarrollo.
A prueba en Kenia
En tan sólo seis semanas, su idea ha logrado reunir más de US$40.000 en fondos a través de la página Indiegogo, para iniciar una campaña con el fin de ofrecer computación de bajo costo a los dos tercios de la población mundial que hoy en día tienen poco o ningún acceso a la tecnología.
El campo de pruebas de este sistema serán las barriadas pobres de Nairobi en Kenia.
El ingreso medio del medio millón de personas que reside en el distrito Mathare de la ciudad es de US$2 al día.
Muy poca gente en este área tiene acceso a una computadora o a internet, pero Bahar y Imbesi quieren cambiar esto con el USB Keepod.
Resucitando viejos PC
Con este USB se podrá dar uso a computadoras viejas o descartadas, permitiendo al usuario ser dueño de su propia "computadora personal", con su propia información, programas y configuración, y por un precio de sólo US$7.
De este modo, se evita un problema común en este tipo de programas: la saturación de las computadoras usadas por muchas personas cuando estas guardan sus contenidos en un disco duro muy limitado.
Los dos socios esperan que unas 150.000 personas utilicen el Keepod en Kenia, y para ello se asociaron con LivInSlums, una organización no gubernamental que opera en Mathare, y que ayudará a distribuir las memorias USB a estudiantes y personal de la academia "WhyNot".
Como en otras escuelas en el este de África, ésta usa libros de texto y pizarras para enseñar. Tan sólo hace dos años que el centro tiene electricidad.
Proyecto Mathare
Durante una visita a la escuela en marzo, Bahar y Imbesi decidieron comprar un router para conectar la escuela a la internet.
Su solución consistió en colgar el router en una mochila clavada junto a uno de los dos enchufes de la escuela.
Parecía una solución improvisada, pero eso no evitó que los niños gritaran de júbilo al conocer que la escuela estaba en línea.
Ambos decidieron después llevar cinco computadoras sin disco duro a la escuela.
Tras dar un Keepod USB a cada niño, se les explicó que la computadoras de segunda mano funcionan directamente desde los USB.
Cualquier computadora con una pantalla, teclado y procesador básico funciona bien con esta USB ya que el dispositivo guarda la configuración personal del escritorio de su dueño en versión Android 4,4 de Google.
Un computador por persona
Cada USB recuerda la configuración del escritorio de su dueño, así como las claves y las páginas de internet visitadas.
Es capaz de almacenar cualquier tipo de archivo y programa descargado en su memoria de 8GB. La información puede ser encriptada y está protegida por una clave que debe introducirse cada vez que se conecta a una unidad.
"Esto hace posible que cualquiera con un Keepod pueda usar cualquier computadora y tener la misma experiencia", cuenta Bahar.
"Cada niño verá sus propios archivos y aplicaciones aparecer exactamente de la misma forma cada vez, sin necesidad de recordar todos las claves".
En el colegio fue palpable la ilusión de los estudiantes al ver cómo computadoras viejas volvían a la vida.
Los alumnos, se quedaron bien pasada la hora del fin de las clases para explorar y configurar sus nuevos aparatos.
Comercialización
Keepod no es una tecnología concebida para generar beneficios, pero la idea es que llegue el punto en que pueda autofinanciarse.
El plan de Bahar y Imbesi es que trabajadores locales compren las unidades USB, instalen el sistema operativo con algunas aplicaciones esenciales, y luego las vendan con una pequeña ganancia.
El precio final sería de US$7, con un beneficio de US$2 por cada aparato, lo que ayudaría a cubrir salarios y la expansión posterior del proyecto.
Según explicaron, otra ventaja añadida de este proyecto sobre la simple donación de computadoras es que si al dueño de un Keepod se le infecta la unidad con un virus, no será capaz de contagiar a la computadora, y por lo tanto no afectará a otros.
Aprender a usar la tecnología
Rita Anyango es una de las cinco personas que Keepod entrenó para mantener el proyecto en Mathare.
Dice que le gusta el modo en que el sistema permite a todos tener la experiencia de ser dueño de su propia computadora.
Pero teme que algunos padres se vean tentados de comercializar los aparatos para comprar alimentos costosos como la carne, al no darse cuenta de su potencial a largo plazo.
Y es que estos pequeños aparatos podrían ser intercambiados, o peor robados, dice, si no se cuidan.
Tony Roberts, exjefe ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro Computer Aid International también tiene sus dudas sobre el sistema.
Advierte que sería demasiado optimista poner mucha fe en una tecnología para mejorar la educación o hacer que la agricultura sea más eficiente.
"En mi experiencia es siempre sobre cómo la gente usa la tecnología y no la tecnología en sí misma", dice.
Aún así, los fundadores de Keepod planean ya introducirlo en India, Israel, el sur de Italia y otras partes de África subsahariana.
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