Tiene chip A13 Bionic, el mismo que el iPhone 11.
Apple presentó la semana pasada un nuevo iPhone que será mucho más barato que los modelos que sacó el año pasado, cuando la economía estaba en auge y la pandemia del nuevo coronavirus no había forzado a la gente a reconsiderar sus gastos. La segunda generación del iPhone SE se venderá por 399 dólares en Estados Unidos, una disminución del 40% respecto al modelo más económico del iPhone 11 presentado el año pasado. Las versiones de gama alta del iPhone 11 se venden por más de 1.000 dólares. Las órdenes por internet para el iPhone SE comenzarán el viernes, y las primeras entregas están previstas para el 24 de abril. Incluso antes de la pandemia, muchas personas habían empezado a quejarse de los altos precios de teléfonos que no eran mucho mejores que los que ya tenían. Eso provocó que Apple reforzara su énfasis en los servicios de música y video para las más de 1.000 millones de personas que tienen por lo menos uno de sus dispositivos conectados a internet. Se prevé que sea más difícil vender los costosos dispositivos en momentos en los que la economía se desploma a su peor crisis en más de una década. Apple desarrolla sus productos con muchos meses de anticipación, y el nuevo iPhone SE no es una respuesta directa al colapso económico provocado por la pandemia. Incluso aunque el iPhone SE se venderá a un precio que parece adecuado para los tiempos difíciles que se avecinan, es una época extraordinariamente complicada para presentar un producto, comentó Daniel Ives, analista de Wedbush Securities. “Apple enfrentaba una difícil decisión y finalmente decidió lanzar y dar luz verde a este teléfono en el mercado con la esperanza de obtener un poco de éxito”, escribió Ives. Generalmente, los nuevos modelos del iPhone son lanzados con gran fanfarria en un auditorio de Silicon Valley nombrado en honor al fundador de Apple, Steve Jobs, quien revolucionó el mercado cuando introdujo el primer iPhone en 2007. El evento de primavera no se llevó a cabo este año a causa de la pandemia. Incluso antes de que el coronavirus obligara a la mayoría de los estados a ordenar confinamientos, Apple se había visto afectado por las medidas para contenerlo en China. Además de ser su tercer mercado más grande, detrás de Estados Unidos y Europa, China también es el sitio en el que Apple fabrica gran parte de sus iPhone. Con sus fábricas y tiendas cerradas en China durante varias semanas de este año, Apple emitió una advertencia hace dos meses sobre que las ventas trimestrales distarían mucho de las proyecciones. La compañía con sede en Cupertino, California, tiene previsto publicar sus resultados del primer trimestre de 2020 en las próximas semanas. El nuevo iPhone SE es una actualización de otro modelo de bajo costo que Apple lanzó hace cuatro años. Apple dejó de vender el iPhone SE original en 2018. La actualización del iPhone SE es en esencia lo mismo que el iPhone 8 y el 8 Plus, que salieron en 2017. El iPhone SE no compartirá las mismas pantallas y cámaras de los modelos más nuevos del iPhone 11. Pero estará alimentado por el A13, el mismo chip de procesamiento que está dentro del iPhone 11 más caro. El iPhone SE original fue un éxito entre los consumidores con un presupuesto limitado, o aquellos que prefieren una pantalla más chica, de 10 centímetros (4 pulgadas), debido a que los nuevos teléfonos cada vez son más grandes. El nuevo modelo es ligeramente más largo que el original, con una pantalla de 11,9 centímetros (4,7 pulgadas). En lo que podría ser otro giro popular, el nuevo iPhone SE trae de vuelta el botón de inicio. Ese es un cambio notable respecto a la línea del iPhone 11, que desechó el botón alguna vez familiar para tener pantallas más grandes que puedan manejar videos y fotografías de la más alta calidad. Las continuas inquietudes del mercado de valores respecto a la pandemia eclipsaron cualquier entusiasmo que los inversores pudieran tener sobre un iPhone más económico que ayude a impulsar las ventas de Apple en una economía deprimida. Las acciones de la compañía cayeron 2,62 dólares para cerrar el miércoles en 284,43 dólares, dejando los títulos 13% debajo de su punto máximo alcanzado en enero.
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