Estos son los desafíos que se pueden presentar en los adultos que nacieron de manera prematura.
El parto prematuro es aquel que ocurre antes de las 37 semanas de gestación, puede tener consecuencias a largo plazo en la salud y el desarrollo de quienes nacen bajo estas circunstancias.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen subcategorías de prematuridad basadas en la edad gestacional, donde los casos más graves corresponden a los nacimientos prematuros extremos, con menos de 28 semanas de gestación, donde los riesgos son considerablemente mayores.
Los bebés prematuros enfrentan mayores probabilidades de presentar problemas de salud, como dificultades respiratorias, complicaciones cardíacas, y problemas de visión y audición. De acuerdo con la Guía de seguimiento del recién nacido de riesgo del Ministerio de Salud de la Nación de Argentina, la frecuencia de estas dificultades es una parte importante del proceso de neurodesarrollo.
La inmadurez del sistema nervioso en los niños prematuros afecta su evolución neuromadurativa, lo que puede llevar a secuelas variables a largo plazo. Así, muchos prematuros suelen enfrentar desafíos que persisten hasta la adultez.
Un estudio realizado en Canadá, publicado en la revista PLOS One, reveló que el nacimiento prematuro puede estar relacionado con menores ingresos en la vida adulta. Los investigadores del Hospital for Sick Children y de la Universidad McGill señalaron que el impacto cognitivo y físico de la prematuridad puede influir negativamente en el futuro económico de estas personas.
Por otro lado, un artículo publicado en la revista Acta Paediatrica sugiere que, aunque la mayoría de los adultos nacidos de gestaciones prematuras gozan de buena salud, una pequeña fracción presenta problemas cognitivos, de personalidad y comportamiento, además de limitaciones cardiopulmonares, hipertensión sistémica y síndrome metabólico.
El estudio también señala que, además de las afectaciones neurológicas, los adultos nacidos prematuramente comparten ciertas características socioeconómicas. Más del 95 % de los bebés prematuros sobreviven hasta la adultez, un porcentaje significativo puede enfrentar desafíos en su estado socioeconómico, lo que subraya la importancia de brindar un seguimiento adecuado desde la infancia.
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