Investigación demuestra que el ejercicio extremo no reduce la esperanza de vida, sino que la aumenta.
Un reciente estudio publicado en el British Journal of Sports Medicine ha desafiado la creencia común de que el ejercicio extremo puede reducir la esperanza de vida. Investigando la longevidad de los primeros 200 atletas que corrieron una milla en menos de 4 minutos, los investigadores encontraron que estos deportistas vivieron varios años más que la población general.
Protegiendo tu piel: importancia del monitoreo y prevención del melanoma
El ejercicio moderado y regular es reconocido por sus beneficios para un envejecimiento saludable.
Sin embargo, se ha pensado que someter al cuerpo a sesiones de ejercicio de resistencia extrema podría ser perjudicial y reducir la esperanza de vida. Este estudio sugiere lo contrario, mostrando que estos corredores viven más tiempo que la media de la población.
Los investigadores seleccionaron a los primeros 200 corredores que rompieron la barrera de los 4 minutos debido a sus repetidas sesiones de ejercicio máximo, lo que los convierte en un grupo ideal para estudiar el impacto del ejercicio intenso en la longevidad.
Analizaron datos de un total de 1,759 atletas hasta junio de 2022, enfocándose en estos 200 pioneros que probablemente alcanzaron o superaron la esperanza de vida típica de su generación.
El seguimiento de estos atletas se realizó desde la fecha de su primer logro hasta la edad de 100 años, finales de 2023 o su fallecimiento.
La comparación se hizo entre los años vividos por estos corredores y la esperanza de vida de la población general con la misma edad, sexo y nacionalidad.
Los resultados mostraron que estos corredores vivieron, en promedio, casi 5 años más de lo esperado.
El estudio abarcó a corredores nacidos entre 1928 y 1955, con una edad media de 23 años, al momento de superar la milla en menos de 4 minutos.
Del total, el 30% había fallecido con una edad media de 73 años, mientras que los sobrevivientes tenían una edad media de 77 años.
Los datos revelaron que los corredores de la década de 1950 vivieron una media de 9 años más que la población general, y los de las décadas de 1960 y 1970 vivieron 5.5 y casi 3 años más, respectivamente.
Aunque el estudio no contaba con información detallada sobre los hábitos de ejercicio y otros comportamientos saludables a lo largo de la vida de estos atletas, la comparación con la población general indica que el ejercicio extremo no solo no acorta la vida, sino que puede prolongarla.
Los factores como un estilo de vida saludable y la genética también podrían influir en estos resultados, dado que entre los 200 primeros corredores se encontraban 20 grupos de hermanos, incluidos seis grupos de gemelos.
Este hallazgo desafía la hipótesis del ejercicio en forma de U en relación con la longevidad, reiterando los beneficios del ejercicio, incluso a niveles de entrenamiento de élite.
A pesar de las intensas demandas del entrenamiento de media distancia, que pueden alcanzar hasta 170 km semanales, el ejercicio extremo parece tener un impacto positivo en la esperanza de vida.
Las adaptaciones fisiológicas positivas del ejercicio de resistencia sobre la salud cardiovascular, metabólica e inmunitaria podrían explicar esta tendencia.
Aunque las razones fisiológicas exactas aún no se han identificado completamente, este estudio sugiere que el ejercicio extremo puede ser un factor importante en la búsqueda de una vida más larga y saludable.
Recomendadas