La creación de un hábito requiere de un período de tiempo para que se vuelva cotidiano.
Las rutinas sencillas como cuidado de la piel, ejercicio físico o leer un libro en algunos casos podrían requerir meses para volverse un hábito diario, sin embargo, durante años circula el mito que sólo se necesitan 21 días para formar un hábito, está creencia se hizo popular a partir de la publicación del libro Psycho- Cybernetics de Maxwell Maltz.
Mazwell Maltz es un cirujano plástico que hizo un pequeño estudio sobre el tiempo en que sus pacientes tardaron en acostumbrarse a su nueva forma de verse, además observó que para mantener los resultados como se esperan se tardaban 21 días en que se vuelva parte de su vida diaria.
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Esta idea ha sido debatida por científicos que mediante estudio se percataron que una persona tarda mínimo 66 días en establecer un nuevo hábito, está premisa es variable, es decir, depende de la complejidad de la acción es el tiempo en tardar.
Phillippa Lally, investigadora de psicología de la salud en el University College London, concluyó mediante un estudio que algunos hábitos pueden formarse en 18 días, mientras que otros pueden requerir hasta 254 días.
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Un estudio basado en la inteligencia artificial revela que hábitos simples como el lavado de manos pueden establecerse más rápido en comparación con ir al gimnasio que puede tardar meses. Además un análisis realizado a personas en Norteamérica demostró que los hábitos sencillos tardan en formar parte de la rutina en máximo dos semanas.
La clave para formar hábitos está en la repetición constante, sin tomar en cuenta el número de veces en el que se ejecute, Lally sugiere que la consistencia general es importante para que un hábito forme parte de la rutina.
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