Actualmente, un 97% de los casos positivos de COVID-19 corresponden a la variante ómicron y apenas un 3% a la delta.
Todos sabemos que el COVID-19 provoca tos, dolor de garganta, y demás, pero las secuelas de esta enfermedad están cambiando. Consultamos a expertos que nos enlistan algunos de los efectos a largo plazo.
En el área de Rehabilitación Pulmonar del hospital del seguro social Teodoro Maldonado Carbo, en el sur de Guayaquil, pacientes con secuelas poscovid llegan a diario a realizar terapia respiratoria y ejercicios. El director asistencial de esa casa de salud, doctor Ricardo Miranda, explica que ahora las secuelas son distintas.
Mientras que la directora del área de Neumología, Rocío de Janon, enlista otras secuelas que ha evidenciado como: falta de aire, debilidad muscular, confusión mental, fatiga extrema.
Tras contagiarte de COVID-19, las secuelas ante esta nueva enfermedad pueden ser peligrosas, pues los síntomas pueden estar presentes por cuatro semanas, por lo que hay que seguir cuidándonos.
Las secuelas pueden ocasionar daños en varios órganos como los pulmones, el corazón, los riñones e, incluso, provocar enfermedades autoinmunes.
Otra de las características que pacientes señalan en la actualidad es la prolongación de síntomas, incluso después de haber superado la enfermedad.
Y con el COVID-19, la popular advertencia de que "si los síntomas persisten consulte a su médico", cobra aún más importancia.
Según el Ministerio de Salud, en la actualidad un 97% de los casos positivos de COVID-19 corresponden a la variante ómicron y apenas un 3% a la delta.
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