Las cardiólogas piden campañas específicas: el corazón de ellas es distinto
Una experta lamenta la creencia social errónea de que los infartos son cosa de hombres.
Un grupo de cardiólogas españolas reunidas en la ciudad estadounidense de San Diego, considera que el corazón de las mujeres es distinto y ha llegado la hora de tomar medidas para evitar que siga el crecimiento de la proporción de las que mueren por enfermedades cardiovasculares respecto a los varones.
Reunidas en el Congreso Anual del Colegio Estadounidense de Cardiología, en San Diego, su objetivo es frenar esta tendencia que se registra desde los años ochenta y mejorar la atención que reciben las mujeres.
Según datos de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), las españolas fallecen casi un 9 % más que los hombres por enfermedad cardiovascular, primera causa de muerte en el mundo.
La doctora Milagros Pedreira, coordinadora de la Unidad de Dolor Torácico del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, explica a Efe que la mortalidad entre las mujeres es mayor porque suelen padecer los infartos a edad avanzada y porque acuden más tarde al médico.
"Se tiene la percepción errónea de que las mujeres padecen menos infartos porque están protegidas por los estrógenos, pero a partir de la menopausia la incidencia se equipara en ambos sexos", agrega.
Almudena Castro, de la Unidad de Rehabilitación Cardiaca del Hospital Universitario La Paz, en Madrid, y presidenta de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardíaca de la SEC, sostiene que la actuación frente a esta patología va ligada al comportamiento femenino: "están más pendientes de los demás que de ellas mismas".
"Las mujeres tardan más en ir al médico y en buscar ayuda una vez que han sentido los síntomas típicos", comenta a Efe, para añadir que los hombres llegan al hospital rodeados de la familia y ellas "solas y con prisas por hacer la comida o recoger a su nieto".
La experta lamenta la creencia social errónea de que los infartos son cosa de hombres, como se refleja en todas las imágenes y en los medios de comunicación. "El infarto es tan femenino como el cáncer de mama, una enfermedad con mucha menor mortalidad", apunta.
Pedreira afirma que sólo el 30 % de los pacientes reclutados en ensayos clínicos en cardiología son mujeres, por lo que muchas variantes por sexo están infrarrepresentadas en este campo.
La doctora Nekane Murga, jefa de Sección de Cardiología Clínica del Hospital Universitario de Basurto OSI de Bilbao, demanda protocolos de actuación diferentes para las mujeres porque, entre otras cosas, en ellas prevalecen otros síntomas, como náuseas, dolor de espalda, malestar abdominal o fatiga, y son evaluadas de manera diferente por los médicos.
"Llevamos más de una década sabiendo que existen estas diferencias pero nunca nos decidimos a hacer protocolos de actuación diferentes", asevera en declaraciones a Efe.
Las cardiólogas coinciden en que hay un sesgo inconsciente interiorizado en la sociedad que conlleva una "discriminación" para las mujeres en salud cardiovascular.
Castro incide en que los infartos entre las jóvenes están aumentando porque han cambiado su estilo de vida, con el estrés laboral, los malos hábitos alimenticios o fumar y beber alcohol.
Concretamente, la combinación de tabaquismo y anticonceptivos multiplica por cinco el peligro de padecer una accidente cardiovascular. Además, más del 80 % de las de mediana edad tienen más de un factor de riesgo.
En comparación con los hombres, las mujeres con síndrome coronario agudo presentan una mayor prevalencia de hipertensión arterial, colesterol y diabetes que los varones.
La cultura del deporte es mucho menor entre las féminas, alegan las expertas en rehabilitación cardíaca, algo que habría que cambiar desde la escuela y que dificulta que cumplan con la actividad prescrita. "Muchas abandonan", confiesa Murga.
Son muchos factores a tener en cuenta que solo se superarán cambiando las mentalidades y, por eso, las cardiólogas demandan campañas divulgativas que empujen a las mujeres a prevenir estas patologías y que fomenten una mayor sensibilidad en todos los agentes implicados en su tratamiento.
Recomendadas