Nuestra palabra tiene el poder de ayudar a los demás.
Una de las consecuencias que millones de trabajadores han estado experimentando durante la vuelta a las oficinas es el no saber cómo socializar con otros, producto del prolongado confinamiento al que hemos estado sometidos.
De acuerdo a las investigaciones hechas por The Wellbeing Lab y la Australian HR Institute, lidiar con las personas se ha convertido en el principal desafío laboral con un 39,1% mientras que la salud mental se encontraba en un 28,8%.
Particularmente, creo que ambos números van estrechamente ligados porque nuestras habilidades sociales se han estropeado un poco, después de trabajar tanto tiempo desde casa y el estado de resiliencia constante al que hemos estado sometidos, es normal sentirnos tan bajos de energía como para tener que socializar.
Aunque buena parte de las empresas están apostando por un sistema híbrido en el que se combina el teletrabajo con la asistencia a las oficinas, todas las organizaciones que estén verdaderamente preocupadas por el bienestar de sus trabajadores, deben hacer un esfuerzo para ayudarles a sentirse mejor.
Una de las principales recomendaciones que debemos tomar en cuenta es la priorización de los espacios de descansos. A todos nos cuesta mantener la cordialidad y el buen trato con las personas cuando estamos exhaustos. Por ejemplo, una manera bastante efectiva de lograrlo sería permitiendo que algunos fines de semanas sean de tres días.
De igual manera, se pueden reducir el número de reuniones semanales o de proyectos que se están manejando al mismo tiempo. Cualquiera de estas opciones puede significar una grata mejoría en el ánimo de los colaboradores.
Otro punto que debemos tener en cuenta es la necesidad de aprender, como líderes, a expresar nuestra compasión y lo mucho que nuestra gente nos importa.
Nuestra palabra tiene el poder de ayudar a los demás. Cuando decimos y demostramos continuamente a nuestros equipos de trabajo lo mucho que les queremos y les apreciamos, el desempeño entre ambas partes mejora considerablemente.
Las oficinas puede que no sean exactamente un eterno arcoíris de alegría, pero lo verdaderamente importante es que a pesar de los retos, cuando existe buen ambiente, los números suelen ser positivos.
Por último, demos espacio para hablar de nuestras emociones y la manera en la que estamos lidiando con nuestra salud mental, pues la búsqueda del bienestar también implica entablar espacios seguros para abrirnos sin ser juzgados.
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