A qué hora es mejor la actividad física para prevenir la diabetes
El ejercicio físico mejora la salud cardiovascular y reduce las complicaciones en pacientes con cáncer.
Una nueva investigación muestra que la actividad física por la mañana y por la tarde se asocia con un menor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en todos los niveles de educación e ingresos de la población, pero no encontró ninguna asociación estadísticamente significativa entre la actividad física por la noche y el riesgo de diabetes tipo 2, según publican investigadores de la Universidad de Harvard (Estados Unidos) en 'Diabetologia', la revista de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD).
La actividad física es un factor preventivo de la diabetes de tipo 2, pero su momento y consistencia (en contraste con la suma total de actividad física) han sido relativamente inexplorados. Los dispositivos basados en acelerómetros que miden la actividad física ofrecen una nueva oportunidad para medir objetivamente el comportamiento a lo largo del día y de la semana.
Se ha demostrado que la actividad física de mediodía-tarde, pero no la de la noche, se asocia a un menor riesgo de mortalidad en comparación con la actividad física matutina, pero la relación con la diabetes tipo 2 sigue sin estudiarse. En este nuevo estudio, los autores analizaron la relación entre la actividad física matutina, vespertina o nocturna y la constancia (rutina) y el riesgo de diabetes de tipo 2.
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Una cohorte de 93.095 participantes del Biobanco del Reino Unido (edad media 62 años) sin antecedentes de diabetes tipo 2 llevaron un acelerómetro de muñeca durante una semana.
Los doctores Caiwei Tian y Chirag Patel, de la Universidad de Harvard, y sus colegas convirtieron la información del acelerómetro para estimar el equivalente metabólico de la tarea (MET) (una medida común de la actividad física), sumando las MET-hora de actividad física total.
La actividad física MET-hora recoge todos los tipos de actividad realizada por un individuo a lo largo del día y medida con el acelerómetro, incluidas las tareas, los paseos y la actividad vigorosa. Los autores midieron las MET completadas en tres segmentos horarios (mañana, tarde y noche), divididos en 06:00-12:00 horas (mañana); 12:00-18:00 horas (tarde); y 18:00-24:00 horas (noche).
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Los autores cuantificaron la constancia de la actividad física analizando la varianza, o diferencia de la actividad de cada persona respecto a su media personal. Las personas con menores desviaciones eran más constantes y viceversa. También tuvieron en cuenta la intensidad del ejercicio: actividad física moderada a vigorosa (AFMV) y actividad física vigorosa (AFV) en asociación con la incidencia de diabetes tipo 2.
Observaron asociaciones protectoras de la actividad física, asociándose cada aumento de 1 unidad en MET con una reducción del 10% y del 9% en el riesgo de diabetes tipo 2 por la mañana y por la tarde, respectivamente. Sin embargo, no se observó una asociación estadísticamente significativa entre la actividad física nocturna y el riesgo de diabetes de tipo 2.
La relación con la actividad física por la mañana y por la tarde fue en gran medida lineal, lo que significa que las personas con más MET-h completados tenían un riesgo mucho menor de desarrollar diabetes de tipo 2 que las que hacían menos (10% / 9% por MET-h, por la mañana y por la tarde respectivamente).
Los autores pensaron que los factores del estilo de vida, como la cantidad de sueño y la ingesta dietética, influirían en la cantidad de actividad física realizada por la mañana, por la tarde y por la noche, y por tanto en el papel que la actividad tiene en el riesgo de diabetes.
Para abordar cómo influyen estos factores en la actividad física, los tuvieron en cuenta en sus modelos analíticos. Descubrieron que, al ajustar los factores de estilo de vida, las asociaciones de MET-hora con los distintos momentos del día se hacían más precisas.
La constancia de la actividad física medida en MET no se asoció a la diabetes de tipo 2, pero sí la intensidad: tanto la AFMV como la AFV se asociaron a un menor riesgo de diabetes de tipo 2 en todos los momentos del día.
Los autores afirman que su estudio es el primer informe sobre el efecto de la constancia de la actividad, y explican que "la constancia o la rutina de la actividad física no se asoció fuertemente con la diabetes tipo 2. En otras palabras --precisan--, los individuos que realizan ejercicio físico durante una menor cantidad de tiempo y con mayor frecuencia no corren menos riesgo de padecer diabetes que los individuos que realizan la misma cantidad total de ejercicio, pero con una menor rutina".
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A diferencia de estudios anteriores, los autores destacan que uno de los puntos fuertes de esta nueva investigación es que utilizaron el MET h como medida objetiva de la actividad física para tener en cuenta todas las actividades diarias. Sus resultados también fueron estadísticamente significativos tras ajustar otras variables del estilo de vida, como el sueño, la dieta, la educación y los ingresos.
"Nuestros hallazgos apoyan que la actividad física total, pero no su consistencia a lo largo de la semana, puede ser un factor importante que influye en el riesgo de diabetes tipo 2 --concluyen--. El momento de la actividad puede desempeñar un papel importante en el riesgo de padecer diabetes tipo 2".
Y añaden que "el estudio mostró una asociación con el riesgo de diabetes entre la actividad física matutina y vespertina frente a la nocturna. Los resultados también sugieren que es útil incluir alguna actividad de mayor intensidad para ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes y otras enfermedades cardiovasculares".
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