El indio Ratheesh Sukumaran cuenta su testimonio.
¿Cómo podemos pasar día tras día confinados en nuestros hogares y luchar contra el aburrimiento y el estrés que conlleva un encierro?
Esa es la pregunta que se hace más de una cuarta parte de la población mundial.
Para algunas personas, el alcohol parece ser la respuesta.
Los datos muestran que en Estados Unidos, hasta el 21 de marzo, las ventas de alcohol aumentaron un 55%, en comparación con el mismo período del año pasado, según la empresa encuestadora Nielsen.
En Reino Unido y Francia hay datos similares que muestran mayores ventas de alcohol, lo que aumenta el temor de que esto pueda conducir a nuevos problemas de salud para las personas que buscan consuelo emborrachándose.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) es clara acerca de sus consejos para hacer frente al estrés durante la pandemia y aconseja no acudir al alcohol, el tabaco o las drogas para lidiar con nuestras emociones.
Prohibición total
En el otro extremo del espectro se encuentran países como Sudáfrica e India, donde junto con la cuarentena se impuso una prohibición total de las ventas de alcohol como medida para evitar que las personas se sientan más inclinadas a socializar.
Esto ha provocado un serio desafío para personas como Ratheesh Sukumaran, que vive en el estado de Kerala, en el sur de la India.
"Soy un bebedor habitual", dice Ratheesh. "No poder beber y no poder salir de casa me deprime".
Este guionista de 47 años, que trabaja en la industria del cine y la televisión, no se considera alcohólico.
"Pero extraño beber", dice.
Una oportunidad para dejarlo
La cuarentena de tres semanas impuesta en India le ha hecho cuestionarse lo dependiente que es de beber regularmente y ha decidido aprovechar la oportunidad para dejarlo para siempre.
Ratheesh vive en Thiruvananthapuram, la capital del estado de Kerala, donde casi todas las tiendas, excepto las que venden alimentos y medicinas, han sido cerradas, como en el resto de India.
Vivir sin alcohol es una experiencia nueva para Ratheesh, que bebía desde hace 25 años.
"De lunes a viernes me gustaba beber después del atardecer. Pero en los días festivos empezaba por la tarde".
Debido a que tenía viajes frecuentes, durante los últimos seis meses bebía casi todos los días.
"La cantidad que me tomo depende de con quién estoy. Normalmente son cinco o seis copas".
Su esposa, como muchas otras mujeres en India, no está acostumbrada a beber y no deja que su esposo organice fiestas en casa.
Así que la mayoría de las veces, Ratheesh bebe en pubs y bares cercanos con sus amigos.
Prueba de resistencia
En India, el alcohol se vende principalmente en tiendas con licencia y rara vez está disponible en los supermercados.
Inmediatamente después de que el primer ministro indio, Narendra Modi, impusiera la prohibición sus amigos se apresuraron a ir a comprar.
Ratheesh decidió probar cuánto podía aguantar sin beber.
"Incluso después del anuncio oficial, algunas licorerías seguían operando en nuestra área", dice.
"Pero decidí no aprovecharme de eso".
Después de siete días, este amante del brandy, se dio cuenta de los límites que tiene la abstinencia.
En busca de ayuda
"Llamé a más de 20 personas para pedirles ayuda. Estaba a punto de poner mis manos en una botella".
Lo que Ratheesh atravesó es algo muy familiar para muchas personas en todo el mundo que intentan dejar este hábito.
En Reino Unido, el gobierno no ha cerrado las tiendas que venden alcohol.
De hecho, están incluidas en la lista de negocios esenciales que pueden seguir funcionando.
Al mismo tiempo, las personas que recibían ayuda para dejar o controlar su dependencia del alcohol ya no tienen acceso a sesiones cara a cara con los servicios de asesoramiento.
Alcohólicos Anónimos, un grupo de apoyo que celebra reuniones para personas con problemas de adicción, ha puesto en marcha grupos on line después de que entraran en vigor las reglas de distanciamiento social.
La organización dice que desde principios de marzo, las llamadas a su línea de ayuda en Reino Unido han aumentado en un 22%, y el uso de su servicio de chat ha aumentado en casi un tercio.
Inquieto y agitado
Ratheesh se puso en contacto por teléfono con algunos de sus amigos que habían dejado el alcohol.
Le aseguraron que era normal tener un impulso tan fuerte.
Sin embargo, dice, esas palabras hicieron poco para calmarlo.
"Era como si mi cuerpo necesitara mucho el alcohol. No podía concentrarme en nada. Traté de ver una película pero ni siquiera pude distraerme".
Cuanto más trataba de alejarse, más duro se volvía.
"No pude dormir durante toda una noche. Estaba inquieto y la noche parecía no tener fin. Solo cuando vi los primeros rayos de la mañana sentí un poco de alivio".
Algunos de sus amigos bebedores estaban subiendo fotos de ellos mismos disfrutando de una bebida en las redes sociales.
No perdió el tiempo en decirles cómo se sentía.
"Incluso escribí comentarios malos", dice.
"Les dije que esperaba que fueran alcanzados por un rayo".
Los síntomas de la abstinencia de alcohol pueden ser muy graves y pueden incluir temblores, agitación y convulsiones.
Ratheesh dice: "Entiendo perfectamente por qué la gente está desesperada. La necesidad de beber es real".
Doctores frente gobierno
Los medios locales en Kerala informaron de algunos casos extremos de personas que se quitaron la vida durante la cuarentena, supuestamente por no tener acceso al alcohol.
"El examen post mortem establecerá las causas de la muerte. Para saber el motivo se necesita una investigación adecuada", dice el doctor G. S. Vijayakrishnan, secretario general de la asociación de médicos del gobierno.
Como consecuencia de esas noticias de presuntas muertes, el gobierno estatal pidió inicialmente a los médicos que receten alcohol a aquellos que muestran síntomas de abstinencia como una estrategia para lidiar con la situación.
"Como resultado de esto, muchas personas acuden al médico para solicitar el permiso que les permita compra alcohol. Algunos incluso amenazan a los médicos con suicidarse si no les emiten el certificado", le cuenta a BBC el doctor.
"La orden creó una situación problemática en un momento en el que tenemos que luchar contra el coronavirus".
Ética medica
La asociación médica se negó a emitir esos permisos e incluso obtuvieron una orden judicial del Tribunal Superior de Kerala que suspendía el cumplimiento de las directrices del gobierno.
Los médicos dicen que la dependencia del alcohol es una enfermedad y la entrega de dichos certificados iría en contra de su ética.
"No tengo ni idea de cómo se puede resolver este problema", dice Ratheesh.
La reapertura de las licorerías atraería inevitablemente a grandes multitudes y socavaría los esfuerzos para controlar la pandemia.
Las compras online pueden ser una opción, pero como dice Ratheesh, "muchas personas no tienen acceso a internet aquí. Solo ayudará a los relativamente ricos".
Volver al punto de partida
Después de quedarse sin opciones, Rathesh ha vuelto a su objetivo original.
"Estoy intentando utilizar estos días de cuarentena de una manera positiva y ver si puedo controlar mi consumo [de alcohol]".
Según su autoevaluación, dice que ahora lo está superando.
"He llegado a creer que puedo vivir sin alcohol, incluso cuando vuelva a estar disponible".
Pero Ratheesh extraña encontrarse con sus amigos "para tener largas conversaciones sobre todo, desde política, cricket o cine hasta los últimos chismes y demás".
"Cuantos más amigos hago, más bebo. Quiero saber qué es lo que más extraño. ¿Las bebidas o mis amigos?"
Espera que los cambios duren más que la cuarentena.
"Tengo la intención de ir a sentarme con mis amigos, darles una compañía sobria y no beber".
"Después de todo, las tentaciones son mejores cuando se frenan".
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