Rosca de Reyes, ¿cuál es su origen y por qué se come el 6 de enero?

La llegada de los Reyes Magos, el 6 de enero, es una de las celebraciones más esperadas por los niños. En esta fecha, los niños reciben regalos de los Reyes Magos, como representación de los obsequios que Melchor, Gaspar y Baltasar le llevaron al Niño Jesús.

Junto con los regalos, los Reyes Magos también traen consigo una tradición muy especial: la Rosca de Reyes.

La Rosca de Reyes es un pan dulce, de forma ovalada, decorado con frutas secas cristalizadas, como higo, naranja, limón y cerezas. En su interior, se esconde una figurita de niño, que representa al Niño Jesús.

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Existen dos versiones sobre el momento exacto para partir la rosca de Reyes. Algunos creen que se debe hacer la noche del 5 de enero, mientras que otros prefieren hacerlo la mañana del 6 de enero.

La primera versión se basa en la idea de que la rosca representa la corona de los Reyes Magos, y que por lo tanto, se debe partir la noche del 5 de enero, antes de que los Reyes Magos partan hacia Belén.

La segunda versión se basa en la idea de que la rosca representa la Epifanía, que es el momento en que los Reyes Magos conocieron al Niño Jesús. Por lo tanto, la rosca se debe partir la mañana del 6 de enero, después de que los Reyes Magos hayan dejado sus regalos.

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El origen de la rosca de Reyes se remonta a la Edad Media. En ese momento, en Francia se celebraba una fiesta pagana llamada "Carnaval". Durante esta fiesta, se acostumbraba comer un pastel redondo con una figura escondida en su interior. La persona que encontraba la figura se convertía en el rey del carnaval.

Con la llegada del cristianismo, esta tradición se fusionó con la celebración de la Epifanía, que conmemora la visita de los Reyes Magos al Niño Jesús el 6 de enero. En este contexto, la rosca de Reyes pasó a simbolizar el encuentro de los Reyes Magos con el Niño Jesús.

La rosca de Reyes tiene varios elementos simbólicos. La forma circular representa la eternidad del amor de Dios. Las frutas cristalizadas y los frutos secos simbolizan las ofrendas que los Reyes Magos llevaron al Niño Jesús. Y la figurita escondida representa al Niño Jesús mismo.