Esta tradición comienza el quinto día de Cuaresma y finaliza en Viernes Santo
Durante muchos años hemos visto como es común que el interior de las iglesias católicas los cuadros y las esculturas estén cubiertas de un manto morado en Semana Santa, pero ¿Qué significado tiene esta acción?
Los crucifijos y otras imágenes se cubren hasta el final del Viernes Santo, dando a entender de que son días de duelo y por lo tanto la iglesia se cubre con un velo. Cuando vemos el templo vacío, porque ninguna de las imágenes son visibles, se piensa que eso sucede en la Iglesia cuando Cristo no está. Con el color morado se quiere comunicar el sentido penitencial y sobrio de esta temporada litúrgica. Como son días de duelo se entonan canciones de penitencia y misericordia. Además, se recuerdan los momentos de sufrimiento de Cristo pasó para conseguir nuestra salvación.
Otro motivo se encuentra en la necesidad de cubrir las imágenes para evitar distracciones de los feligreses ante las esculturas durante su proceso de conversión. Del mismo modo, éstos podrán enfocarse en el arrepentimiento de los pecados cometidos.
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