Las altas temperaturas tienen un impacto emocional en las personas.
El clima puede influir en nuestras emociones. A medida que cambian las estaciones, especialmente durante los meses más fríos, muchas personas experimentan alteraciones en su bienestar emocional.
En psicología, este fenómeno se conoce como winter blues o tristeza invernal, y se refiere a la tendencia de presentar cambios en el estado de ánimo durante el invierno.
En algunos casos, estas alteraciones pueden formar parte del trastorno afectivo estacional (TAE), una forma de depresión que se activa en ciertas épocas del año.
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Un estudio de la Asociación Psiquiátrica Americana reveló que el 40 % de los estadounidenses experimentan una disminución en su estado de ánimo durante los meses fríos. Los síntomas más comunes incluyen mayor necesidad de dormir, fatiga y sentimientos leves de depresión.
La principal diferencia entre la tristeza invernal y el trastorno afectivo estacional se determina en la duración e intensidad de los síntomas. Si estos desaparecen con la llegada de la primavera, se podría estar hablando de tristeza invernal. Por el contrario, si los síntomas persisten y son más intensos, se considera depresión estacional.
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Según la Clínica Mayo, estos son los síntomas de la depresión estacional:
La falta de exposición al sol durante el invierno puede alterar el funcionamiento del hipotálamo, la parte del cerebro encargada de regular el estado de ánimo, el sueño y el apetito.
Con menos luz solar, el cuerpo produce más melatonina, una hormona que induce el sueño, y reduce la producción de serotonina, la hormona que influye en el estado de ánimo. Estos cambios pueden afectar el ritmo circadiano, dificultando la capacidad de conciliar el sueño.
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