Navidad: el ADN de los pristiños, más allá de la receta

Los pristiños son parte de la tradición navideña que se encuentra en Quito. Por ello, Ecuavisa.com te trae el origen, los datos curiosos, cuáles son los ingredientes y cómo se prepara el delicioso platillo.

Harina de trigo, huevos, aceite, mantequilla, canela y miel son parte de los ingredientes de uno de los postres más tradicionales que forma parte de la historia quiteña.

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Para Andrés Chaguarro, administrador de una de las heladerías restaurante más importantes e históricas de Quito llamada San Agustín, los pristiños poco a poco pierden espacio en las mesas de las y los quiteños.

Todo se remonta a la época colonial, cuando los españoles introdujeron el trigo a Sudamérica. Tradicionalmente, se los servía como postre y su forma de estrella simboliza a la estrella de Belén que guía a los reyes magos hacia Jesús.

"La tradición antiguamente no era comer pavo como los norteamericanos ni cerdo como lo hacen Europa. Lo que se comía en estas festividades eran los tamales de gallina", cuenta Chaguarro.

Además, Andrés identifica a los buñuelos y los pristiños como los postres que se servían en la América colonial, por lo que con el paso del tiempo y la globalización, la tradición se ha perdido paulatinamente.

Además de consumirse en épocas navideñas, los pristiños encuentran su apogeo en Semana Santa. Popularmente, se reconoce que la forma de cada pristiño representa a la corona de espinas que se le colocó a Jesús antes de ser ejecutado.

Pese a su historia, este postre ve cómo el espacio que ocupaba en las mesas de las y los quiteños se lo ganan otro tipo de 'dulces' como las galletas, que están mucho más ligadas a tradiciones y costumbres occidentales.

Incorporando la harina con yemas de huevo y demás especies antes nombradas para hacer una masa, los pristiños son de los platillos más sencillos y fáciles de preparar para Navidad.

Luego de formarlos y freírlos en aceite caliente, lo que no debe faltar para acompañar este postre es la miel. Este dulce manjar se lo puede preparar derritiendo panela en agua y aromatizándolo con anís estrellado.

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Pese a la influencia de nuevas generaciones y de tradiciones de otras partes del mundo, los pristiños se niegan a perderse en el olvido y aún hoy se los puede encontrar en los comercios que rescatan las costumbres del Quito de antaño.