La terminación del derecho constitucional al aborto tuvo un papel importante en el resultado de las elecciones de mitad de período que recientemente se llevaron a cabo en Estados Unidos.
Un argumento utilizado cuando la Corte Suprema consideró anularlo fue que se podía encontrar una alternativa al aborto en las leyes de refugio seguro para recién nacidos.
Estas leyes, que existen en todos los estados, permiten a las madres con problemas abandonar de forma anónima a sus bebés en sitios designados poco después de dar a luz sin que sean llevadas a juicio.
Esta es la historia de tres personas a quienes estas leyes de refugio seguro han marcado profundamente.
La madre
Era una noche oscura y húmeda de invierno en una de las interminables llanuras de Arizona. Michelle estaba conduciendo por una carretera aislada, cuando de repente se detuvo.
"Tenía tanto dolor que no podía regresar para ir a un hospital", recuerda. Cerca de un arroyo, a unos 30 km de la ciudad, Michelle dio a luz en su automóvil.
"Fue aterrador. Recuerdo que solo rezaba. Estaba llamando a mi mamá... quería a mi mamá".
Mientras Michelle daba a luz, su hija mayor dormía en el asiento trasero. En la penumbra, con su teléfono móvil sin batería, Michelle se sentó durante 15 minutos, con su recién nacido envuelto en una manta en su regazo.
Observó a la niña, posando la mirada en el rostro de su bebé. Luego encendió el motor y condujo, rápido.
Michelle no le había dicho a nadie que estaba embarazada. Estaba demasiado asustada. El padre de su hija pequeña era impredecible. Separada de él y tras haber dejado la relación con el progenitor de su nueva bebé, se sintió arrinconada.