Famosa por sus llamativos clubes, el diseño Art Deco y la ecléctica cultura latina, Miami es una de las ciudades más jóvenes de EE.UU.
Sin embargo, está construida sobre una de las civilizaciones indígenas más antiguas del país norteamericano.
Es algo que muchos desconocen, y que una serie de descubrimientos arqueológicos recientes han desenterrado.
Desde aproximadamente el año 500 a. C. hasta mediados del siglo XVIII, la zona que es hoy la ciudad del sol estuvo habitada por la civilización tequesta, uno de los primeros pueblos en ocupar el sureste de Florida.
Los tequesta se asentaron cerca de la desembocadura del río Miami y de la bahía de Vizcaína (en inglés, Biscayne Bay) y construyeron una próspera sociedad costera junto con una red comercial de gran alcance.
Hoy en día, el sur de Florida, y en mayor medida todo el estado, está ubicado sobre tierras ancestrales de los pueblos originarios tequesta, seminola y mikasuki.
Los mikasuki (que originalmente formaban parte de la Nación Creek), emigraron de Alabama y Georgia a la actual Florida antes de que esta se convirtiera en parte de Estados Unidos.
Tras la Ley de Expulsión de Indios de 1830, los nativos americanos que residían en el sureste de Estados Unidos fueron sacados por la fuerza de sus tierras hacia el oeste, pero se estima que aproximadamente unos 100 se escondieron en el conjunto de humedales que hoy se conoce como los Everglades.
Los actuales mikasuki, seminola y los miembros de otras tribus de Florida son descendientes directos de aquellos que nunca se rindieron y se quedaron en la región.